Por Rafael R. Deustúa

Tenía miedo de ir a ver “El escuadrón suicida”, levantó demasiadas expectativas y el bombardeo de publicidad era tan desesperado que parecía ocultar un gran fracaso detrás. Me armé de valor, la ví y donde no salí feliz, tampoco salí decepcionado, es una película entretenida, con buenos momentos, pero marcada por el apuro de reinventar el cine de superhéroes.

Explotando el miedo a enfrentarse con un metahumano terrorista es que Amanda Weller, una burócrata de rol influyente pero impreciso, logra que se autorice la creación de un comando de criminales metahumanos para resolver situaciones extraordinarias. Combatirá fuego con fuego aunque destruya todo en su camino.

El guión es muy básico: presentan a los personajes, los encarcelan y los envían a enfrentar al villano, aún así falta tiempo para contar la historia en más de dos horas de película, en parte por las subtramas incluídas para que simpatizemos con ellos, pero también por ser pistas de la narración que enlaza las películas de DC. El, libreto es inteligente y tiene muy buenas puntadas, el problema es que la realización -dirección y edición- lo perjudicó con la narrativa, algo muy extraño si consideramos que David Ayer escribió y dirigió el filme.

También te puede interesar:  ¿Te gusta la novia de 'Joker'? Disfrázate como ella 

La misma atmósfera oscura y claustrofóbica de “Batman vs. Superman” se mantiene en “El Escuadrón Suicida”, pero aquí manejan un estilo frenético y agresivo que recuerda a “El club de la pelea” pero que en general no termina de cuajar. Ayer falla en dar alma a sus personajes, quizá debió manejarlos como los soldados desechables que son y centrarse en la acción que la gente quería ver.

La acción reacae en Deadshot -Will Smith- para el drama y Harley Quinn -Margot Robbie- para el humor, aunque Jay Hernández -Diablo- tiene un buen rol el diseño de su personaje dificulta que su actuación sea notoria. El resto, Cara Delevigne, Joel Kinnaman, Viola Davis, Jai Courtney, Karen Fukuhara y Adewale Akinnuoye-Agbaje cumplen a secas. Jared Leto no tiene suficiente tiempo de pantalla como para que uno aprecie su Joker.

Los efectos especiales son de muy buena factura, no dejan nada qué desear y en varias escenas se escucha una banda sonora bien seleccionada, pero que pudo ser mejor explotada.

En general un buen filme, entretenido y ligero, pero quizá corto respecto a las expectativas que levantó.