Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un vistazo a través de la ventanilla del avión hacia el mar es la primera reacción de los turistas en un vuelo, cuando el capitán anuncia la proximidad del aterrizaje, por lo que sus planes son ponerse de inmediato el traje de baño y salir a la playa y sentir la suave arena del Caribe mexicano, toda su alegría se pierde, cuando la tripulación indica que deberán esperar más de  40 minutos para recoger su equipaje, porque la aduana los revisará.

Un cálido abrazo es la bienvenida de los turistas cuando descienden del avión, quienes apresuran el paso para llegar al autobús equipado con aire acondicionado que los trasladará hacia la zona de migración y aduana, por lo que las personas van con pasaporte y declaración migratoria en mano y casi vuelan al interior del edificio con dos objetivos: ser los primeros en internarse al país y guarecerse de la cálida temperatura del destino.

Mexicanos y extranjeros que ingresan al país en vuelos internacionales forman una sola fila hasta que llegan a donde está un oficial del Instituto Nacional de Migración (INM) que indica, mexicanos a la izquierda, extranjeros a la derecha que llevan a los más módulos donde otros oficiales migratorios dan el acceso, unos sonrientes y otros excesivamente serios.

Esperan en la aduana

El calvario inicia, cuando hay que pasar a una de las cinco bandas a recoger el equipaje que es transportado del avión hacía la zona de aduanas, el proceso tarda 40 minutos, tiempos en el que rostros cansados, molestos, llanto e impaciencia de los niños por llegar a la playa, se observan; algunos vencidos por el cansancio al estar de pie, decidieron sentarse en el piso o la orilla de la banda, pero pendientes del ruido de la banda al reiniciar el recorrido.

Una vez con equipaje en mano, deben hacer otra fila tipo laberinto nacionales y extranjeros, para pasar por las máquinas de rayos X de aduana, en la que un agente pide se abran las maletas y pregunta el lugar origen de salida y que productos se llevan, principalmente si el vuelo es de Sudamérica. La segunda parada es a dos metros para tocar el botón del semáforo, si sale verde pueden continuar, si es rojo hay que pasar con otros agentes aduanales para abrir maletas y bolsos de mano con ese último paso y cuestionamiento de lo que se trae en la maleta, después de una hora 40 minuto,  ¡por fin¡ pueden salir del aeropuerto y llegar al destino final a ponerse traje de baño y disfrutar de sus vacaciones.