Con una dinámica de integración inicial jóvenes de las regiones 94, 95, 100, 102, 221 y 236, quienes socialmente es impensable dirigirse ni una sola mirada porque es motivo de peleas callejeras; participaron de manera armoniosa aún sin conocerse, en las actividades que el CAMI preparó para ellos.

 

Tania Galicia González, supervisora del centro, comentó que el festejo de fin de año se hizo para reconocer el esfuerzo por sus cambios y logros en ellos mismos y al interior de sus familias quienes también felicitaron por su asistencia a la posada, así como de apoyar a los menores durante todo el proceso de intervención y sensibilización. 

 

Señaló que de enero a agosto fueron atendidos mil 61 jóvenes, pero en el caso exclusivo del Programa de Atención Integral para la Reincorporación de Menores Infractores (Pairemi) de julio a la fecha se presentaron 744 casos de los cuales 490 nunca asistieron pese ha que tienen un citatorio legal porque los padres son los principales en no aceptar la ayuda, por lo que es importante valorar el sentido de superación de los 254 jóvenes que han permanecido y tienen continuidad en los programas diseñados para ellos, porque a su vez se convertirán también multiplicadores de esfuerzos.

 

La supervisora detalló que durante el año el factor que repuntó fue el de consumo de drogas situación que les sorprendió, ya que el año pasado la situación de pandillerismo figuraba en primer lugar.

 

Dijo que los generadores detectados en los chicos es el resentimiento social, la marginación en la que viven aunado a la desintegración familiar, violencia, falta de comunicación de padres a hijos y que arrastran durante su infancia y afloran en la adolescencia causando problemas serios.