Gonzalo Zapata/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Una a una van llegando las embarcaciones, algunas procedentes de Isla Mujeres y otras pertenecen a la ciudad, dicen los pescadores, quienes tienen su residencia en Puerto Juárez límite entre ambos municipios. Detrás comienzan a llegar los primeros turistas, en su mayoría extranjeros, quienes maravillados por fotografías que circulan en páginas web y redes sociales decidieron conocer a uno de los gigantes del mar: el tiburón ballena.

Crónica de una aventura

Después de una breve reunión con los operadores de los paseos, se indica que se puede acceder al muelle para abordar las lanchas, de hasta 36 pies de eslora, y que cuentan con permiso de la Dirección de Vida Silvestre de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Una breve explicación en inglés y español se brinda a los turistas, 10 en total; tres japoneses, dos australianos, dos norteamericanos y tres mexicanos. Todos escuchan atentos; las reglas son sencillas:

• no usar bloqueador,
• evitar estar demasiado cerca del tiburón ballena,
• no tocar a la especie,
• pero sobre todo respetar y cuidar su entorno.  

Agua azul, es el punto, se localiza a unos 24 kilómetros mar adentro entre Isla Mujeres y Cancún. Ahí ya se localizan las primeras 11 lanchas; catapultados por la emoción los 10 turistas se levantan de sus asientos para ser testigos de una las maravillas de la naturaleza, los primeros tiburones ballena se dejan ver como invitándolos a nadar, el mar azul oscuro también incita a sumergirse.

Conforme avanzan los minutos, la zona de aproximadamente un kilómetro de radio se va llenando de más embarcaciones, la cantidad de turistas es impresionante, aunque de la especie apenas podría alcanzar los 11 gigantes. Las maniobras de los capitanes para ganar un buen lugar para que los turistas disfruten de la experiencia se tornan complicadas, entre evitar golpear a un nadador o bien a alguno de los tiburones y mantarrayas gigantes que también hicieron acto de presencia.

Itinerario de nado con tiburón ballena

Tres son las oportunidades que cada turista tiene para sumergirse y convivir con el gigante:

• la primera es de exploración, los nervios se apoderan de uno por saber qué pasará;
• la segunda, y tras la espera de unos 15 minutos, permite nadar más relajado y pendiente del guía, quien avisa a los nadadores sobre la ruta del tiburón. 
• la tercera oportunidad de nadar con la especie, con mayor confianza, ya que las primeras lanchas ya se han retirado del sitio.