Por Rafael R. Deustúa

El prestigado escritor Neil Gaiman (“Coraline”, “Stardust”) afirma que obtener ideas para sus historias es sencillo, pero sólo es el cinco por ciento del trabajo, el resto es desarrollar ésa idea hasta que se convierte en una novela, libreto o película. Esa sencilla lección la desconocían Luke Dawson y Jeremy Slater cuya historia, “Resucitados (The Lazarus Effect)”, empieza bien y justo cuando capta el interés, se desploma.

Casi todo el libreto lo tenemos en el trailer de la cinta: Jóvenes investigadores logran resucitar un perro, aunque su conducta es extraña siguen con los experimentos y accidentalmente muere Zoe, la prometida del líder, quién la resucita con éxito. Pero ella ahora tiene los superpoderes y la actitud de un demonio... literalmente.

“Resucitados” tiene un libreto muy disparejo que parece que se empezó a rodar sin estar terminado. En la primera mitad nos plantean bien la base “científica” que da credibilidad con mucha terminología rara -aunque viendo a Olivia Wilde en bata uno espera que Dr. House aparezca de repente. El problema es que cuando alcanzan el clímax, al resucitar a Zoe (Wilde), parece que no supieron cómo seguir, así que ofrecen una masacre sin sentido esperando distraer al espectador.

El director David Gelb hace lo que puede y considerando su bajo presupuesto logra bastante, aunque no suficiente. Su planteamiento de tomas y secuencias carece de originalidad, pero su mérito es encapsular toda la acción en un sólo sitio, provocando claustrofobia en los espectadores.

Mark Duplass, Evan Peters, Donald Glover y Sarah Bolger completan un reparto que hace lo que puede con sus personajes acartonados en fila rumbo al matadero.

Los productores ahorraron hasta en efectos especiales, ya sean digitales o no, con la clara idea de maximizar su inversión en lo posible, en realidad ahorraron en todo. Costó 3.3 millones de dólares, - creo que todo se fue en publicidad- así que con poca taquilla ya obtienen ganancia.

Una película que puede esperarse a verla en televisión.