Ruinas, esperanza económica para ejidatarios

Los habitantes de la comunidad de Rovirosa trabajan en la promoción del nuevo centro arqueológico.

|
Los habitantes de la comunidad de Rovirosa fincan sus esperanzas en que Noh Kah sea un detonante que atraiga turismo a la zona. (Claudia Martín/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.-  Desde hace tres años, aproximadamente, un grupo de ejidatarios, habitantes y arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabajan en Noh Kah (Gran Ciudad), un antiguo núcleo urbano de más de 34 hectáreas, con al menos seis grupos arquitectónicos.

Luis Bautista Gómez, pionero de la comunidad de Rovirosa, explica que desde que llegó a vivir en dicha zona, hace 40 años, sabe de la existencia de las ruinas, pero fue cuatro años atrás cuando, con un grupo de personas decidió limpiar el área y así fueron saliendo a la luz algunos vestigios arqueológicos.

Esperanza turística

A pesar de que el sitio no está abierto al público, el interés de los lugareños por conocer el lugar y hacerlo público ha motivado la visita de grupos estudiantiles y turistas de Suiza, Holanda, Corea y Estados Unidos, situación que ha desencadenado un mayor interés por descubrir todos los vestigios, pinturas rupestres que lo espeso de la selva aún cubre de este importante sitio arqueológico. 

“Hicimos tres cabañas. (...) La intención es poder hacer otras dos para que podamos dar hospedaje aquí en la zona. Los jóvenes que han venido a conocer Noh Kah,  no logran ver todo en un día, pero tampoco pueden quedarse porque no hay dónde. También logramos instalar una torre que funciona como un mirador en el que se pueden observar a distancia los montículos donde los árboles guardan lo que es la Gran Ciudad, pretendemos hacer otra con el doble de alto, e incluso, hay la intención de poder una tirolesa, pero aún estamos afinando ese detalle”, dijo.

Un nuevo punto arqueológico

El nombre del lugar fue asignado por los mismos habitantes de la comunidad tras un consenso y aprobación en asamblea ejidal y fue aprobado por el INAH hace dos años.

De acuerdo con los registros del INAH en la entidad, en el sitio se puede encontrar “El Paredón”, un muro revestido con piedras cuadrangulares de las que penden largas lianas. El arqueólogo Javier López Camacho, quien realizó la prospección, notificó que se trata de una construcción de más de mil 500 años, en el periodo Clásico Temprano, entre 250 y 600 después de Cristo.

Lo más leído

skeleton





skeleton