|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencia 
CANCÚN, Q. Roo.- Ya sea que estés en la playa, en una discoteca de la zona hotelera, o en una entrevista laboral, pocas fracciones de segundos después de posar su mirada en ti, los demás habrán decidido si eres competente y confiable, si eres un líder o un seguidor.

Y todos esos prejuicios pueden dar forma a los eventos fundamentales de tu vida, determinándolo todo, desde tus amistades hasta tu balance bancario.

"Aunque nos gusta creer que tomamos decisiones de forma racional, con frecuencia nos desvían las señales superficiales", dice Christopher Olivola, del Carnegie Mellon University, informa el portal BBCMundo.

En el pasado, esta tendencia a juzgar por el rostro (Olivola y sus colegas lo llaman "face-ism" en inglés, algo que podría traducirse libremente como "carismo") se consideraba un hecho desafortunado de la vida.

También te puede interesar: Todo esto puedes saber a través del lenguaje corporal

Ya en los años 90 el economista Daniel Hamermesh había encontrado que las personas más atractivas pueden ganar entre un 10 y un 12% más, en profesiones tan diversas como jugador de fútbol americano, abogado y hasta economista.

Pero, de hecho, el atractivo físico puede no significar un pase dorado para los ciudadanos comunes y corrientes. Una mujer que se considere más bonita que el promedio, por ejemplo, puede encontrar más difícil encontrar un empleo de alto nivel si quienes la entrevistan creen que su belleza mina su credibilidad.

En cualquier caso, nuestra preocupación con la belleza puede habernos llevado a descuidar muchas otras formas de prejuicio facial, como concluyó Alexander Todorov –colega de Olivola- en la Universidad de Princeton hace 10 años.

Rostros ‘ganadores’

Todorov le pidió a un grupo de participantes que miraran por un segundo fotos de políticos estadounidenses que competían por una curul en el Congreso y en el Senado y que juzgaran cuán "competentes" parecían usando una escala numérica.

Incluso cuando tomó en cuenta otros factores, como la edad y el atractivo físico, la decisión instantánea de los participantes predecía con un 70% de precisión quién ganaría la elección.

Estudios más recientes que examinan cómo la apariencia facial se refleja en el éxito –independientemente del atractivo sexual- han arrojado resultados similares.

Mientras más dominante pareces, más probabilidades tienes de que te contraten como ejecutivo de alto nivel.

En un tribunal, tener un rostro inocente puede significar tu boleto de salida de prisión. Dada la misma evidencia, la gente que se ve más confiable tiene menores probabilidades de ser hallada culpable, de acuerdo con un estudio.

Es cierto que todo esto se centra en reportes subjetivos. ¿Cómo sabemos qué hace un rostro honesto, competente o dominante?

La imagen ideal

Olivola y Todorov han utilizado fotos cuidadosamente diseñadas por computadora con expresiones neutrales para usarlas como control frente al resto de factores.

A base de pedirle a sujetos que las evalúen y de comparar los resultados de muchas fotos diferentes, el equipo ha podido crear una especie de imagen ideal que captura las características sutiles señaladas por cada rasgo.

La foto resultante sugiere que reaccionamos a pequeñas diferencias en la cara, desde la forma de las cejas hasta la estructura ósea.

Todorov ha demostrado que sólo se necesitan 40 milisegundos para formarse una impresión de la personalidad de alguien.

De hecho, Todorov ha demostrado que sólo se necesitan 40 milisegundos para formarse una impresión de la personalidad de alguien. Eso equivale casi a un pestañeo.

Aún más, parece que se trata de un hábito de por vida: incluso los niños de tres y cuatro años deciden quién se ve "malvado" o "bueno" basados únicamente en apariencias. Estos juicios podrían no ser preocupantes si fueran más precisos. Y, de hecho, contienen una pequeña dosis de verdad.

Rostros delatores

Jean-Francois Bonnefon, del CNRS de Francia, y sus colegas le pidieron a unos voluntarios que jugaran un juego económico, en el que se les daba unos pocos euros y tenían que decidir si invertían o no en otro jugador, quien podía decidir si se quedaba con el dinero (la opción deshonesta) o lo compartía (la opción honesta).

Basados en una sola foto, los participantes lograron predecir el comportamiento de su competidor ligeramente mejor que usando sólo el azar.

Esto crea algunas preguntas evolutivas interesantes, dice. "Es difícil entender por qué algunos tenemos una señal en nuestra cara que dice 'no confíes en mí'", explica.

Lo más leído

skeleton





skeleton