Edgardo Rodríguez/SIPSE
Río Hondo, Q. Roo.- Uno de los proyectos alternos derivado del cultivo de la caña de azúcar en la ribera del Río Hondo fue el de los trapiches, grandes molinos que servían para poder extraer el jugo de la vara dulce y con los cuales se podía obtener diversos productos, siendo el piloncillo uno de los más comercializados e importantes para esta pequeña industria, ya que por cada ciclo productivo se obtenían poco más de 100 toneladas de este endulzante que era vendido en 16 pesos el kilogramo.

Esta industria llegó a generar más de 350 empleos directos y una derrama económica de 11 millones 200 mil pesos para cada zafra.

Sin embargo, luego de los embates del huracán “Dean” en el año 2007 y el desmantelamiento del cobre por parte de los ladrones, hoy la industria del trapiche lleva más de 6 años abandonada, después de una inversión de alrededor de 18 millones de pesos para la construcción de siete molinos, que estuvieron activos por aproximadamente 4 años.

El concepto de trapiche fue adoptado para esta industria debido a que durante las épocas pasadas, nuestros ancestros utilizaban ciertas herramientas y mecanismos para poder obtener los jugos o materiales aprovechables de ciertas plantas, además, el concepto de trapiche, según el diccionario de la lengua española, es “un molino para extraer el jugo de algunos frutos, tallos, etc. Molino para pulverizar minerales.”