Siguen rebosamientos de aguas negras en fraccionamiento de Playa del Carmen

Debido a la cercanía de la planta de tratamiento, el mal olor deja secuelas en la salud de los habitantes de la zona.

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Piden a los habitantes no lavar la ropa para mitigar el rebosamiento. (Adrián Barreto/SIPSE)
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Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- En la caseta de acceso del fraccionamiento Lolka-Tun se lee una restricción del lavado de ropa, que en caso de no acatarla podría acrecentar el problema de rebosamientos de aguas residuales que es cada vez más grave, especialmente en la comunidad vecina de Privanza, donde el suelo se abre de vez en vez por la presión de las aguas negras; el motivo: la irremediable planta de tratamiento que está ya inservible.
 
El añejo problema que comparten Lolka-Tun, Privanza y Balam Tun se ha convertido ya en una ignominia al urbanismo que ni SARE, la empresa constructora, ni el Ayuntamiento ni la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) han podido remediar.
 
“Ya hemos ido una y otra vez; vinieron Ayuntamiento y la CAPA, pero nadie da solución; hasta se supone que multaron a SARE, pero no se ha hecho nada”, dice Rodrigo Carvajal, uno de los vecinos de Privanza.
 
Afuera de su fraccionamiento, su automóvil debe sortear los costales que, pese a la insistencia, no contienen la fuerza del agua rebosada que emerge del pavimento roto por la misma presión; el problema les ha obligado a cerrar parcialmente el acceso a la comunidad.
 
Cien metros al oriente, sobre la avenida Matorrales, por la que se accede a los tres fraccionamientos y a Xcalacoco, los vecinos de Lolka-Tun lamentan “la ignominia en la que viven aquí las personas”, dice uno de los guardias de seguridad. Aquí no hay hoyos en la calle (aún), pero los malos olores y el problema lo comparten también.
 
En la entrada de Lolka-Tun hay un letrero que dice “URGENTE. No lavar ropa en casa no sirve la planta de tratamiento”. Casi entre risas el guardia dice que los vecinos optaron por esa opción mientras alguien viene a arreglar la planta y evitar saturarla, “porque todo lo que se genera aquí va a dar a la planta, pero como no sirve el agua se sale por la misma planta o por el suelo y pues se regresa de donde vino”.
 
En Balam Tun, ubicado más al poniente que los otros dos fraccionamientos y en donde se ubica la planta de tratamiento, el mal olor es su distintivo, y ya ha provocado que algunas personas, niños incluso, tengan secuelas en su salud como Novedades de Quintana Roo ha dado a conocer.
 
Mientras los vecinos esperan que algo positivo les ocurra, Arturo Castro Duarte, gerente de la CAPA en Solidaridad, hizo declaraciones a los medios de comunicación que no favorecen a los afectados, pues contrario a la intervención que anunció el organismo en meses pasados, comentó que poco, por no decir nada, se puede hacer.
 
Los “problemas jurídicos” que se desarrollan en torno a la ubicación y propiedad del terreno en que se ubica la planta de tratamiento han sido los argumentos dados por las autoridades, incluidas también las del Ayuntamiento de Solidaridad.

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