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Agencia
CANCÚN, Q. Roo.- ¿No tienes cuenta bancaria, ni capacidad crediticia, ni identidad financiera? Entonces formas parte de la cuarta parte de la humanidad que no podía pedir dinero prestado, al menos hasta ahora.

Varias docenas de empresas emergentes dicen que han desarrollado maneras de incorporar a esos 2 mil millones de personas al sistema financiero internacional, monitoreando el uso de teléfonos inteligentes y otros hábitos personales para predecir la solvencia crediticia, informa el portal web de noticias El Financiero. 

Por ejemplo, las personas que no dejan que las baterías de sus teléfonos se descarguen tienden a hacer lo mismo con su saldo de deuda. Los deudores que reciben más llamadas de las que hacen son riesgos mejores, y los solicitantes que enuncian el propósito de su préstamo en unas pocas palabras son mejores deudores que los que terminan escribiendo una monografía.

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Una clave de la solvencia crediticia es la rutina diaria personal. Personas que cargan el mismo monto de tiempo aire cada semana el mismo día son mejores riesgos de crédito que aquellos que adquieren montos mayores y luego se quedan sin crédito, de acuerdo con Nicole Van Der Tuin, cofundadora y CEO de First Access.

A primera vista quizá parezca un poco disparatado, pero actualmente hay 40 empresas (algunas con el respaldo de inversionistas como Peter Thiel y Pierre Omidyar) que están abriendo, dicen, una nueva frontera. 

Sus capacidades crediticias y sus créditos emitidos a través de teléfonos móviles en el mundo en desarrollo están haciendo bajar para los prestamistas tradicionales el costo de vender productos financieros a una clase media emergente. 

Motores del crecimiento económico

Para Wall Street, esto se traduce en una nueva clase posible de activos para invertir: préstamos minoristas al consumidor en los mercados emergentes, los motores del futuro crecimiento económico mundial.

“Si alguno de estos modelos tiene éxito, las consecuencias son enormes tanto para el sector de servicios financieros como para el desarrollo internacional”, dijo Paul Christensen, profesor de finanzas en la Northwestern University de Illinois. “Podría abrirse un mercado totalmente nuevo”.

Las compañías dicen que el uso del teléfono, la navegación en la Web y los medios sociales, los registros de pagos de servicios públicos y las pruebas psicométricas dan a los prestamistas nuevas maneras de replicar, en materia de segundos, el trabajo tradicionalmente deliberado de los ejecutivos de crédito. 

Dado que los teléfonos se utilizan cada vez más para almacenar y transferir dinero, también contienen una gran cantidad de información sobre la capacidad crediticia.

Kreditech, con sede en Hamburgo, Alemania, la más grande de estas nuevas compañías;  y First Access, una start-up con sede en Nueva York, son algunas de las empresas que ya comenzarona bancarizar a gente a través del análisis del uso de sus teléfonos inteligentes.

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