Termina la sequía: comienzan a sembrar maíz en Q. Roo

Con las primeras lluvias los productores tienen la esperanza de que se de el cultivo y puedan cosechar.

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Los productores de maíz comenzaron a realizar la siembra en sus parcelas con las primeras lluvias. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Con la esperanza de conseguir una buena cosecha y dejar atrás temporadas de mala racha, labriegos del municipio de Bacalar comenzaron a sembrar semillas de maíz en sus parcelas con las primeras lluvias, ya que la mayoría agotó sus reservas para autoconsumo.

Argimiro Batún Canché, habitante de la comunidad de San Fernando, señaló que es la segunda ocasión que siembra con la esperanza de cosechar, pues hace mes y medio hizo lo propio con algunos aguaceros que se precipitaron, pero sus semillas se “sancocharon” y se perdieron, pues las lluvias se detuvieron y el inclemente sol no las perdonó.

Ya no cuenta con granos para alimentar a su familia y sus esperanzas están depositadas en este cultivo, cuyas semillas guarda desde hace algunas semanas, esperando con ansias que comience la humedad, para que puedan germinar y esté en condiciones de alimentar a su numerosa familia. En caso contrario, tendrá que buscar otras alternativas.

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Dijo que su hijo Víctor, de 21 años de edad, tuvo que abandonar su comunidad para trabajar  en Cancún como mesero, lo que representa un gran apoyo para superar la intensa sequía que afectó por espacio de dos meses al territorio bacalarense, causando desesperación en las familias que dependen de sus cultivos.

La ganadería fue la segunda actividad más castigada por el estiaje, que obligó a varios productores a buscar el  apoyo gubernamental, pues los animales comenzaron a enfermarse, obligando en algunos casos al sacrificio de los mismos, pues corrían el riesgo de morir por deshidratación.

De acuerdo con Fermín Chan Dzul, de la comunidad  de Buena Fe, la mayoría de los potreros se encuentran desolados, sin ningún rastro de pasto verde, y los jagüeyes están casi secos, de modo que los productores tienen que trasladar sus animales a lugares menos inhóspitos para hidratarlos.

“Tenemos que rentar potreros que, por encontrarse en parte baja, conservan buen pasto, aunque eso no representa  gastos extra”, dijo.

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