Por Rafael R. Deustúa

Johnny Depp siempre se ha esforzado por elegir papeles que le permitan desarrollar extraños personajes que las audiencias no sabían como tomar. La mancuerna con Tim Burton y el favor de una excéntrica cultura en los noventa lo perfilaron a la fama antes que “Piratas del Caribe” lo lanzara al estrellato, sólo que parece que rebotó en la Luna y cayó de regreso a la Tierra. Con “Mortdecai” Depp vuelve a la ambivalencia, pues lo mismo prueba su decadencia que su genialidad.

Para detener a un revolucionario que desea patrocinar levantamientos sociales en todo el mundo gracias a una pintura robada, el agente del MI5 Martland chantajea a su odiado excompañero de escuela y tratante de arte Mortdecai para que le ayude. El snob e inútil noble acepta con la esperanza de recuperar su fortuna y emprende la aventura acompañado de su esposa Johanna y su valet, Jock.

Ver el reloj para saber cuanto tiempo falta en una película es mala señal, ver que apenas va media hora es la muerte y eso ocurre en “Mortdecai”. El director David Koepp, quién tiene excelentes créditos como guionista, brinda una narración demasiado saturada por un humor que alterna entre juegos de palabras y albures estilo inglés y comedia física de golpe y porrazo; además de un protagonista que padece síndrome de Tourette o todo posible tick nervioso.

Parece que Koepp no estaba convencido de su historia, pues tras dar un planteamiento sigue agregándole giros o gags como si creyera que el primer chiste no había sido bueno. Lo que en otras películas hubiera llevado de la risa a las carcajadas aquí no termina de cuajar y polariza a la audiencia según capten el rebuscado tono de humor que maneja o no, pero en su mayoría no parecían disfrutarla y se comprende, no es fácil de digerir.

Depp afirmó que había basado su personaje en el Inspector Clouseau de Peter Sellers, en las setenteras cintas de “La pantera rosa” pero -fuera de que Koepp carece del genio humorístico del director Blake Edwards- más bien ofrece una copia disfrazada de homenaje: Mortdecai/Clouseau es un pretencioso inútil que triunfa gracias a su suerte y el talento de la gente a su alrededor, como su valet Jock/Cato (Paul Bettany, excelente comparsa para Depp).

Gwyneth Paltrow, Ewan McGregor y Jeff Goldblum, son secundarios de lujo mientras que Olivia Munn se ve hermosa.

“Mortdecai” es una cinta fuera de lo común que puede gustar mucho o ser odiada, yo esperaría a verla en pantalla chica.