Miguel Ángel Ortíz/SIPSE
TULUM, Q. Roo.- La zona hotelera de Tulum, ubicada en la carretera que conduce de Tulum a Boca Paila cautiva a nacionales y extranjeros, pues debido a su entorno natural, es normal ver como aves de distintas especies conviven en armonía con el turismo y locales.

Pelícanos, hacen de las suyas, mientras un pescador tira sus redes en una pequeña bahía que se localiza frente a un centro de hospedaje. Un montículo se observa a lo lejos, a él se puede llegar caminando por la playa. Desde la cima rocosa, el paisaje es espectacular, a la derecha un grupo de aves anidan en otra pequeña isla, los intrépidos pelícanos no se amedrentan por ventarrón y el oleaje, las pequeñas garzas se unen en ese santuario que los protege de las fuertes olas.

En los arenales de la bahía, las personas caminan por la zona, mientras miran el intrépido vuelo de los pelícanos, que emulando a los kamikazes japoneses en forma perfecta, otean su presa entre el embravecido mar en busca de su presa.

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“La roca”, como la llaman los lugareños es el lugar preferido por recién casados para hacer su sesión fotográfica, un lugar de ensueño que siempre les recordará que estuvieron el en paraíso. 

Tulum muestra al mundo su linaje arqueológico, sus hermosas playas y la riqueza subterránea debido a que en sus cuevas y cenotes se han realizado importantes hallazgos que cambiarán la historia, como “La Mujer de las palmas”.