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Una cinta de acción con algo de comedia es bienvenida como entretenimiento. (Contexto/Internet)
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Por Rafael R. Deustúa

Las películas del oeste estaban pensadas para honrar a los pioneros de Estados Unidos y crear nacionalismo entre los migrantes de de primera generación que aún vivían en los años veinte y treinta, pero las más recordadas son de los 50's y 60's, de perspectiva más deprimente y dramática, con oscuros hombres sin pasado creando su justicia a balazos... hoy en día quedan los balazos, muchos balazos.

Luego de que un despiadado terrateniente asesinara a su marido y otros campesinos de Rose Creek para incentivar al pueblo a vender sus tierras e irse, una mujer contrata a un pistolero para que les ayude a defenderse, y el subcontrata a otros seis para esa misión suicida. Eso es lo que queda del libreto que inicio como una historia acerca del honor samurai en el medievo japonés y luego se transformó en otra acerca del fin de la era de pistoleros.

 
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“Los siete magníficos” originalmente fueron “Los siete samurai”, un filme de Akira Kurosawa de 1956, basado en una leyenda japonesa que fue adaptado a Hollywood en 1960 por el director John Sturges como un Western y que se convirtió en una de las grandes películas del siglo XX. Ahora Richard Wenk y Nic Pizzolato la adaptaron al mercado actual, quedando un esquema básico para justificar una enorme balacera y algunos chistes para dar sabor.

Una cinta de acción con algo de comedia es bienvenida como entretenimiento, y en ése sentido éste filme cumple, es divertido pero completamente desechable, lo cual no es malo en sí mismo de no ser creó falsas expectativas al presentarse como un remake de esos filmes clásicos en manos de Anton Fuqua y con las actuaciones de Denzel Washinton y Ethan Hawke; si tienes esos referentes culturales esperas acción, pero no tan exagerada y drama en vez de humor.

Fuqua no se esfuerza por justificar a sus personajes, aún cuando la selección es políticamente correcta al tener un afroamericano, un latino, un indio y un oriental entre los siete... algunos de ellos prácticamente sólo se pegan al grupo sin motivo alguno. Pero el director sí se esfuerza en crear impactantes escenas de acción en las que los bandidos son masacrados sin misericordia, incluso añade muchas tomas que usan dobles de riesgo al estilo antiguo, lo cual es meritorio.

En actuaciones el villano, Peter Sarsgaard ofrece la mejor escena de la película y prácticamente la que justifica todo lo que sigue. Washington, Hawke y Vincent D'Onofrio son los veteranos que se divierten, Lee Byun-Hun, Chris Pratt, Manuel García Rulfo y Martin Sensmeier cumplen y la bella del filme, Haley Bennet, se toma demasiado en serio a sí misma.

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