Manuel Salazar/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Para atender el problema de drogadicción en materia de salud, se requiere la edificación de un centro de rehabilitación integral en la Zona Maya que brinde atención especializada a quienes han caído en las adicciones como la marihuana que es la de mayor consumo en el municipio, sostuvo en entrevista el sicólogo Francisco de los Santos responsable del Centro de Atención Primaria en Adicciones dependiente de la Secretaría de Salud (SESA).

Reconoció que los índices de consumo de drogas en adolescentes y jóvenes en edad escolar han activado los focos rojos en Felipe Carrillo Puerto señalando que a través de la UNEME sólo se atienden casos de  prevención y de orientación a personas que por circunstancias “experimentales” han consumido algún tipo de droga pero no funciona como centro de internamiento o rehabilitación total.

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Jóvenes de secundaria 

“Algunos de estos casos son estudiantes de secundaria y preparatoria, sin embargo, tenemos registros de situaciones severas en el consumo de enervantes, donde las personas dependientes a una droga ya presentan trastornos emocionales, como la pérdida de memoria  y al no contar aquí con los mecanismos y espacios para una rehabilitación, estos son canalizados a otras ciudades, pero lamentablemente, por cuestiones de recursos económicos de los familiares, los pacientes no permanecen y vuelven a recaer sin mucho futuro para ellos”, indicó.

El médico insistió en la urgencia de coordinar esfuerzos para que se construya un centro de rehabilitación integral para la atención de estas personas, apuntando que la drogadicción es una enfermedad silenciosa, que poco a poco acaba físicamente a las personas, y genera problemas en el entorno social, pues muchos dependientes a estas sustancias, llegan al grado de robar para poder conseguir los estupefacientes.

Recordó finalmente que las estadísticas al cierre del ciclo escolar 2014-1215, las pruebas de tamiz que se aplicaron a más de dos mil alumnos entre 12 a 17 años edad, registraron una muestra poblacional del 30 por ciento de los adolescentes en riesgo por consumo de drogas.