Octavio Martínez/ SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La instrucción del Vaticano de no resguardar en los hogares de las cenizas de los finados ha generado controversia entre los sacerdotes católicos locales, pues la medida se tendrá que acatar en la iglesia nivel mundial.

Para Pablo Pérez Guajardo, presbítero católico, la instrucción de la Santa Sede de no conservar las cenizas en casas es un mandato que carece de fundamento entre la grey de esta religión y lo calificó como atemporal.

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“Contrasta con la norma que permite funerales incluso a los suicidas y la sensibilidad humana hacia toda la familia. Esta nueva regla recuerda las 95 tesis de Lutero de hace 499 años sobre las ventas del más allá o indulgencias. Es un tanto extraño que el Papa Francisco se sume a las celebraciones del 500 aniversario de Lutero y su Santa  Oficina repita expresiones que censuró Lutero hace medio milenio”, externó.

Por su parte Bernard Quinn, presbítero de la parroquia La Guadalupana que está en la colonia Luis Donaldo Colosio Murrieta, dijo que aunque poco se les ha informado de esta medida, mencionó  que ya se veía venir, pues había muchas personas al interior de esta religión  en sus ceremonias del esparcimiento de las cenizas retomaban creencias ajenas a esta doctrina.

“La verdad solo he escuchado en las noticias, pero hay algunas cosas que eran necesario dictaminar, pues como tirar las cenizas al mar es algo que la Iglesia poco aprueba y las personas en su dignidad debe de guardarse en un lugar respetuoso como un cementerio, pero bueno ese es mi opinión y veo con agrado tal medida”, expuso Bernard Quinn.

Cenizas de los difuntos

Dijo que por el momento no sabe si se buscará un sitio adecuado donde colocar las cenizas de los difuntos de Playa del Carmen.

Según con lo que se difundió a nivel mundial, las cenizas de los católicos que desean ser cremados no pueden ser esparcidas, divididas ni conservadas en la casa sino que deben ser guardadas en un lugar aprobado por la Iglesia y consagrado, de acuerdo con nuevas normas emitidas el martes pasado por el Vaticano.