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En la época de la conquista española Xcaret fue un centro evangelizador. (Redacción/SIPSE)
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Celcar López/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Xcaret, la antigua ciudad maya Polé y sitio de peregrinación a Cozumel para rendir culto a Ixchel, podría ser parte de un turismo cultural en Quintana Roo, señaló el investigador Juan Manuel Espinoza Sánchez, especialista en historia colonial.

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Explicó que en la época de la conquista española fue un centro evangelizador atacado por piratas; y en el siglo 19, parte de una hacienda dedicada a la comercialización del henequén y una capilla única en México.

Ante lo significativo que representa en turismo, el sitio define también importantes procesos culturales; iniciando en este sentido con personajes como Francisco de Montejo, quien pasó por Xel Ha y la costa de Polé, aproximadamente en 1528, donde posteriormente las autoridades de aquel tiempo empezaron a fundar o conquistar poblaciones costeras como Xcaret, Ekab y Cozumel.

Para 1583, ya tenía establecida una capilla de la orden franciscana, y contaba la población entre 70 y 100 habitantes.

El lugar recibió ataques piratas por parte de ingleses inclusive de españoles, de acuerdo a los testimonios de los indígenas Juan Yel, Juan Pat y Diego “niho”; además que la comunidad pagaba tributo a la corona española como el quinto real y el diezmo a la Iglesia.

Pasado histórico 

La capilla colonial tuvo una ramada donde los indígenas oían la misa en latín y para evangelizar a los niños.

A partir del año de 1766, de acuerdo a los archivos coloniales, la antigua ciudad de Polé ostentaba ya el nombre de Xcaret.

En el siglo 19, en la época del presidente Porfirio Díaz, estaba integrado a la Hacienda de Elena, cuya economía estaba dedicada a la exportación del henequén, con industria y vías de ferrocarril, y caracterizada además por el maltrato a los indígenas mayas.

Esta capilla de hacienda estaba dedicada a la virgen de Guadalupe, lo cual sirve testimonio sobre la difusión de la guadalupana en tierras quintanarroenses.

La capilla tiene acero en su estructura, es única en la entidad pues tiene una torre con su reloj mecánico, y única en México, pues en su tiempo los sacerdotes guardaban la vestimenta y los implementos para la misa en cuevas que funcionaban como sacristía, pues además para llegar a la sacristía se tiene que atravesar un ojo de agua dentro de la cueva.

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