50 sombras de las redes sociales

Paulatinamente, las redes sociales son víctimas de su propio éxito, materializado en la autocensura...

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Paulatinamente, las redes sociales son víctimas de su propio éxito, materializado en la autocensura, avalada por la política del bien común y lo políticamente correcto, especialmente tras el triunfo de Donald Trump y la escalada “ultra conservadora” en las esferas políticas.

En internet es relativamente fácil hacer pasar una idea particular por un hecho social y de relevancia, hacer de una mentira o postura “bien vista”, en una situación que represente a millones de voces anónimas. Vamos, tal cual pasó en México con el referendo que trajo a Emperador Maximiliano: buenas pero particulares intenciones disfrazadas de popularidad. Hoy, además, se cuenta con el ingrediente de la queja: las redes sociales pasaron de un espacio de intercambio de ideas, a un foro para quejarse y despotricar, siendo el señalamiento con más seguidores el que avanza triunfante a la escena local, nacional o internacional. 

Hacerlo es muy fácil: encuentre un chivo expiatorio, como un bache, la pobreza, los derechos civiles o la discriminación, y ajústela a su realidad, el resto, se arma con los usuarios, los que se dejan llevar por sus emociones e imprimen a un mensaje de WhatsApp, comentario en “Facebook”, o “tweet”, la entonación adecuada al estado de ánimo del momento, del “sentir social” y las tendencias del día. 

Por ejemplo, hace unos días, la Feria del Libro de Yucatán se agenció el encono de la sociedad por un promocional con la leyenda “Castígame, pero déjame leer”, acompañada por una representación sexual sado.  Las redes sociales se fueron contra la imagen y la feria. Los acusaron de machistas, misóginos e insensibles, con todo y que la directiva se responsabilizó y ofreció disculpas. Pero no fue suficiente… a pesar de que la misma gente que atacó a la Filey, es la misma que se desvive por los libros de “Cincuenta sombras de Gray” (a la que la publicidad hacía clarísima referencia) y sus respectivas adaptaciones al cine. Por un lado las redes sociales claman libertad sexual, de pensamiento, acción y palabra, siempre y cuando se atenga a los cánones de lo políticamente correcto de la temporada. 

Evidentemente, nadie justifica, defiende o apoya la violencia hacia la mujer, hombre, niño, anciano o joven. Eso está fuera de lugar en cualquier parte del mundo, pero es poco razonable que las redes sociales que encumbran publicaciones como las “Cincuenta sombras…”, que hacen fila y celebran sus adaptaciones al séptimo arte, sea incapaz de soportar que alguien más utilice esas referencias para promocionar una feria del libro, en especial, cuando el tema nunca fue violentar los derechos de las mujeres, ¿acaso las fans de la saga sadomasoquista son energúmenos del conservadurismo o misóginas? 

Esto nos muestra cómo las redes sociales son hoy, un arma más de la tiranía mediática que, un ente con mucho espacio para la libertad, igualdad y fraternidad… siempre que se ajuste al qué dirán. 

Fuera de línea

El llamado paraíso y destino vacacional más importante del país vive tiempos de convulsa realidad. Por un lado, los índices turísticos vaticinan otro gran año, del otro, la sociedad civil vive semana tras semana, asaltos y asesinatos que dejan en el mejor de los casos, un sentimiento de soledad, coraje y abandono… sentimientos que espero recordemos en 2018. 

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