Mi mamá me enseñó que sólo debo compartir la mesa con gente con la que me siento segura y me importa. 

“Sentarse a la mesa en paz”, suele ser su frase, y yo la he seguido al pie de la letra. Por eso cada vez me es más difícil compartir incluso un café con algunos políticos o funcionarios de cultura. 

No suelo aceptar invitaciones, a menos que sean amigos o gente que quiero, admiro y con la que la comida será el complemento de una rica charla: el festín del paladar y la palabra.  

Celebro particularmente el XXI aniversario de Amaro. Lugar donde, además de una excelente cocina, siempre hay exposiciones, libros, discos y obras de artistas yucatecos.

En ese espacio he tenido temporadas de mis obras y he visto obras de otros colegas. 

Amaro llega hoy a sus  21 años, mismos que han sido de  compartir comida, bebida, cultura, arte, compromiso social, años de defender lo genuino, tejer fraternidades y abrir brechas. Olga Moguel celebra tan importante evento con la conferencia “Las heridas y los desafíos de hoy en México”, impartida por la periodista Carmen Aristegui, este viernes 31 de octubre a las 19:00 horas, en el auditorio Manuel Cepeda Peraza de la UADY.

Decir Carmen Aristegui en estos tiempos es nombrar a una periodista reconocida por su impecable trayectoria a favor de la verdad y fuera de los juegos de la política sucia en México. 

Basta recordar el episodio donde cuestionó el alcoholismo de Felipe Calderón, recibiendo tremenda presión por ello, pero también el apoyo total de sus seguidores. 

Un gran logro de Olga: convidarnos la palabra y el pensamiento de una de las mujeres más brillantes del país, escucharla hablar de un país que se desangra y que sin duda necesita mujeres como ella: líderes de opinión que ponen todo el peso a las palabras para llamar a las cosas por su nombre. 

Nosotras tendremos una función especial de “Mestiza Power” para Carmen y Olga. Ahora le diré a mi mamá que este trabajo me permite el privilegio de compartir mesa y comida con mujeres excepcionales.

Una mesa en paz, aún cuando vivamos una guerra subterránea.  En verdad me siento muy feliz de este suceso. Olga abre las puertas de par en par y nos invita con ese nostálgico y único ambiente que caracteriza a Amaro. 

Muchas felicidades a Olga Moguel y a todos sus colaboradores, han hecho de Amaro un lugar entrañable en el que infinidad de artistas encontramos un espacio cálido para compartir nuestro trabajo, una buena mesa y excelente compañía.