Analfabetismo digital

Desde que internet pasó de una herramienta privada a la WWW, sus alcances llenaron de esperanzas y posibilidades a muchos, y de terror a otros más...

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Desde que internet pasó de una herramienta privada a la WWW, sus alcances llenaron de esperanzas y posibilidades a muchos, y de terror a otros más. El hecho de estar a un paso de las infinitas posibilidades que ofrece la red resulta aún hoy, algo abrumador para gran parte de la sociedad, gracias al analfabetismo digital. 

Cualquier película con una trama tecnológica de los 80, 90 o incluso actuales, nos presenta a los héroes como los genios incomprendidos de la informática, creadores atormentados por la “ignorancia” del mundo, que desprecian a los ciudadanos incapaces de comprender las grandezas de la web, robótica o la lógica aplicada a la programación. Tristemente, este paradigma quedó grabado en la mente de la comunidad al grado de crear cierta fobia a las nuevas tendencias, incluso dentro de las sencillas y actuales redes sociales. 

La fobia por la tecnología es quizás la base principal del analfabetismo digital que sufrimos en México, expresado no solamente en la incapacidad por aprender a emplear las nuevas herramientas, sino en saber siquiera cuáles son. Desafortunadamente, nuestro programa educativo nacional no pondera las verdaderas habilidades de los estudiantes (y esto lo vimos en los Juegos Olímpicos) en aras de enseñar “un poco de todo”, pero sin entender nada. 

En nuestro país se ha enseñado durante décadas que la tecnología es la base del futuro, hasta ahí vamos bien, pero donde ha fallado esta premisa es en su aplicación, pues se destacan únicamente las competencias técnicas (como los concursos de robótica) dejando en un oscuro estante la aplicación de la tecnología en disciplinas no relacionadas con ella misma. 

Para la escuela mexicana, la tecnología sólo tiene utilidad para los informáticos y los ingenieros;  las disciplinas sociales e incluso parte de las ciencias exactas, no se conciben como beneficiaras de las nuevas técnicas, y por ende, muchas personas que no tienen relación directa con actividades técnicas, se encuentran desarmadas ante una computadora o un teléfono inteligente, ahondando con ello en su analfabetismo digital. 

La tecnología, redes sociales, internet en sí mismo, no son herramientas exclusivas de los jóvenes ni las “nuevas generaciones”. Esa frase cliché hace más daño del que se cree, pues, desde un punto de vista más filosófico, con todo y su capacidad técnica, a los jóvenes les hace falta la mesura y bagaje para dar buen uso a estas herramientas, para verla no sólo como una moda a la cual sacarle rápido provecho, sino un empleo más constructivo. 

Pongamos como ejemplo a nuestros queridos millennials. ¿Qué pasará con todos cuando lleguen a los 30 años? Yuya, Jaramillo, Juanpa Zurita, los hermanos Bautista… todos ellos abanderados del poder mediático de las redes sociales mientras aún tengan edad para hacer tonterías ante una cámara de video, en un esquema de uso tecnológico que muchos jóvenes quieren hoy emular para convertirse en estrellas de YouTube, en lugar de usar la tecnología para desarrollar sus propias habilidades. 

Tiranos en 140 caracteres

Así se sencillo podemos resumir lo que pasó con el director de TVUNAM, Nicolás Alvarado: en las redes sociales no existe el libre pensamiento, sino la idea que decida y dicte el “gran hermano”, o sea, el colectivo, mismo que también ordena a las tropas atacar al osado que no piensa como él. 

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