Ante la dificultad entereza y gratitud

Las razones habrá que evaluarlas con serenidad y lo más importante: tratar de corregirlas.

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Se dice que más de la mitad de los afiliados al PAN no acudieron a refrendarse y por tanto –espero que momentáneamente– dejarán de ser panistas.

Era algo esperado en el rubro de los adherentes que  son ciudadanos que en muchos casos se vinculan a esa institución al calor de campañas como la de 1988. En su mayoría, concluido el evento que los motivó dejan de participar “activamente”. Ciertamente, habrá que analizar las razones por las que no se hacen activos, pero de que era algo esperado lo era y no por eso es menos malo.

Lo más serio es que haya sucedido también en el caso de los miembros activos. Las razones habrá que evaluarlas con serenidad y lo más importante: tratar de corregirlas. Los motivos pueden ser desconocimiento del proceso, imposibilidad física de acudir por edad o enfermedad e incluso desmotivación o desacuerdo con actitudes de dirigencias de ahora o de antaño. Se podrá o no estar de acuerdo con ellos pero mal se haría en descalificar a todos.

Como error sería hacer eco a algunos escritos  en los que se demerita maliciosamente a liderazgos como Patricio Patrón, Luis Correa o Rosa Ceballos y con ellos a muchos que no se refrendaron afirmando que ahora se van porque se perdió. Cada uno de ellos tendrá sus razones, pero es mezquino afirmar que se van porque se perdió, sobre todo porque ellos, como muchos otros, estuvieron cuando se arriesgaba patrimonio, trabajo e incluso la vida. Ahora que han decidido emprender “la ruta en solitario” ya no tendrán credencial pero seguro serán de alma y corazón humanista.

Lo más sensato lo he leído en redes sociales de un sencillo militante: “Agradecimiento, reconocimiento y comprensión a los que se fueron; ánimo, entereza y valentía a los que se quedaron; puertas abiertas a quienes quieran sumarse”. Lo contrario sería pensar tontamente que se está mejor ahora que hay menos. Con trabajo puede haber mejor tiempo.

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