Cebras amarillas

Las “cebras amarillas” están en peligro de extinción en Cancún, a pesar de ello, son ignoradas por la mayoría, principalmente, los automovilistas....

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Las “cebras amarillas” están en peligro de extinción en Cancún, a pesar de ello, son ignoradas por la mayoría, principalmente, los automovilistas. Con la remodelación de algunas arterias viales como la avenida José López Portillo, los pasos peatonales pasaron de ser estructuras de concreto, ligeramente elevadas del nivel del pavimento, a señalamientos con pintura amarilla, la cual ha sido desgastada ante las inclementes caricias del astro rey.

Y es que estas “cebras amarillas” -pasos peatonales-, son ignoradas por los automovilistas y poco utilizadas por los peatones, quienes al ver cómo los coches las pisan sin parpadear ni aminorar su velocidad, prefieren no usarlas, no vayan a convertirse en otra mancha sobre el asfalto.

En teoría, al dar un peatón el primer paso sobre la primera línea amarilla, los vehículos deben hacer alto total, permitiéndole cruzar sin preocupaciones la calle.

Pero eso es algo lejano a la realidad, ya que incluso, el paso peatonal que aún se conserva frente al Palacio municipal, donde siempre hay un policía de tránsito, los ciudadanos corren despavoridos, pues aún no han cruzado y los vehículos ya se encuentran encima de la estructura de concreto que funciona, en teoría, como cruce con preferencia para los ciudadanos a pie.

El Capítulo III en su Sección I, del Reglamento de Tránsito de Benito Juárez, dice que los peatones tendrán derecho de preferencia sobre el tránsito vehicular para garantizar su integridad física en los siguientes casos:

En los pasos peatonales; cuando al estar cruzando el semáforo se ponga en verde; los vehículos vayan a dar vuelta para entrar a otra vía y haya peatones cruzando; los autos deban circular sobre el acotamiento y en éste haya peatones transitando, aunque no dispongan de zona peatonal, entre otras situaciones.

El caso más contrastante se da con los turistas, quienes al ver una “cebra amarilla”, suponen que al igual que en su país, en Cancún los conductores son respetuosos de las leyes y les cederán el paso sin chistar.

Es por ello, que ante su intento fallido por cruzar montados en las “cebras amarillas”, esperan a que un local atraviese la vialidad, y al son de “a donde fueres haz lo que vieres”, se ponen en sus marcas, estudian la velocidad de los automóviles, y al canto de listos, fuera, corren por sus vidas esquivando vehículos, para como la gallina, pasar al otro lado.

Tal parece que Cancún se ha convertido en una réplica gigante de ese videojuego llamado “Frogger”, donde una pequeña rana tenía que cruzar calles y ríos, evitando ser atropellada por algún vehículo o tronco.

El peatón ya no tiene más ayuda, porque las “cebras amarillas” están en peligro de extinción. 

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