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Solo el error da la posibilidad
de corregir.
Florestán

A lo largo de los años he aprendido a dimensionar a los presidentes cuando los veo como ex presidentes.

Así calibro su verdadera dimensión, ya sin el aparato de poder ni la exposición del cargo.

Y hay dos que me sorprenden: Felipe González, ex presidente de España, y Bill Clinton, que siendo un extraordinario presidente de Estados Unidos terminó marcado por el affaire Lewinsky y el discutido triunfo de George Bush en 2000.

Clinton soportó el chaparrón público y la ofensiva de republicanos sepulcros blanqueados, tipos sin moral pero que hacían apología de ésta, y también resistió la maniobra para derrotar a su candidato, Al Gore, que tras 40 días de conflicto poselectoral en los tribunales, el 12 de diciembre fue derrotado por el voto de una ministra republicana en la Corte Suprema, instancia ante la que ya no quiso proceder.

Los que siguieron fueron días difíciles para él y su esposa.

Habrían de pasar siete años cuando se puso al frente de la campaña de Hillary, que siempre había declarado que no eran un matrimonio, sino un equipo, en busca de la candidatura demócrata a la Presidencia, contra Barack Obama.

De aquella campaña, en la que los Clinton le dieron con todo, recuerdo dos referentes. Uno de Hillary al preguntar: si usted llamara a la Casa Blanca ante una emergencia nacional, ¿quién preferiría que le contestara: alguien experimentado o ese joven inexperto que no sabe dónde está? Y la respuesta de Obama: Cuando oigo sus discursos, no sé cuál de los dos Clinton habla, Hillary o el marido.

Finalmente, Obama fue candidato y presidente y ella se sumó a su equipo como secretaria de Estado.

Hoy, a cuatro años de distancia, uno de los principales soportes para su reelección ha sido Bill Clinton, quien al triunfo vería su tercera victoria presidencial, aunque haya perdido su primera elección hace cuatro: la de su esposa candidata.

RETALES

1. VISITA. Aquí en Washington se confirmó la visita del presidente electo, Enrique Peña Nieto, para el día 26. El equipo de Obama se prepara para recibirlo en la Casa Blanca, confiado en su victoria electoral;

2. OBSERVADORES. Alejandro Luna Ramos, el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, participó ayer como observador de estas elecciones. También lo fueron Mary Carmen Alanís y Pedro Esteban Penagos; y

3. LA YESCA. Un reconocimiento del tamaño de su talla fue el que hizo el presidente Felipe Calderón al bautizar la presa de La Yesca, en Nayarit, con el nombre de Alfredo Elías Ayub, el excepcional director de la CFE durante más de 12 años, en los que trabajó a las órdenes de tres presidentes de dos partidos. Su retiro fue por razones estrictamente de salud.

Nos vemos mañana, pero en privado

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