Conversación con mis nietos

Hablaré de cuando la tecnología y la conectividad nos hicieron la vida más cómoda, nos acercaron a los que no están físicamente.

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Aún no tengo 30 años y ya pienso en las charlas que tendré con mis nietos. Es más,  aún no tengo hijos, pero la imaginación es un recurso ilimitado. Me veo en un jardín reverdecido,  lleno de enormes árboles; respondo a las preguntas curiosas de niños que ansían saber cómo era la época que me tocó vivir.

Les hablaré de cuando la tecnología y la conectividad nos hicieron la vida más cómoda, nos acercaron a los que no están físicamente. Para esos años el término “brecha digital” habrá desaparecido. Habrá revolucionado la comunicación en el mundo; pero también estuvimos a un paso de perder el contacto humano, conversar cara a cara mirándonos a los ojos. ¡Qué bochornoso y aburrido era estar en reuniones en donde la atención de todos estaba en sus celulares! No dejo de reconocer los alcances mágicos de los smatphones, al mismo tiempo que veo lo dependientes que vuelven a las personas.

A mis nietos también les hablaré de cómo me tocó experimentar el renacimiento de la humanidad. Aquello que decían que sería el fin del mundo en el 2012 no era más que la puerta hacia nuestro renacimiento: nos volvimos más conscientes, más lúcidos y respetuosos de nosotros mismos y de nuestro entorno. Me tocó despertar con la humanidad a la era de la luz. Aprendimosel respeto a la tierra practicándolo. La naturaleza con su furia nos dio varias señales de que estábamos haciendo las cosas mal.

Con tristeza recordaré un México violento e inseguro y la apatía de sus ciudadanos que se hacían de la vista gorda y preferían gastar su tiempo detrás de una computadora o frente a un televisor.

Aquel México dejado y ensangrentado realmente estaba dando a luz a mejores mexicanos. A ciudadanos que abrimos los ojos, que nos negamos a quedarnos dormidos y darnos por vencidos. Cambiamos la resignación por la participación ciudadana y las armas por el trabajo.

Encaramos nuestras fallas como sociedad, nos volvimos una que se involucra en las decisiones  que toman sus gobernantes, a quienes hoy evaluamos, consensuamos con ellos y nos toman en cuenta.

Las mujeres nos volvimos más participativas, retomamos la valorización de lo femenino, de nuestra intuición. Surgieron líderes mujeres como nunca en la historia, como nunca. Aparecieron más mujeres gobernantes, líderes de movimientos sociales, jefas de familia que dieron la cara por sus países para que se acabara el hambre, la sed y el miedo. Y para que México nunca más los volviera a conocer.

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