Cortan las manos al SNTE

Nadie puede negar, ni ocultar, las ventajosas concertaciones políticas de Elba Esther Gordillo con las diferentes administraciones a nivel federal o local.

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La iniciativa presidencial que busca reformar el sector educativo hace ver las buenas intenciones de la nueva administración federal por impulsar el desarrollo social del país a través de una educación de calidad. Desacreditado, ineficaz y con desastrosos resultados en pruebas internacionales, el sistema educativo nacional se convirtió, en los últimos sexenios, en el botín de las grandes organizaciones sindicales como el SNTE y la CNTE, quienes, con chantajes y amenazas, quebrantaron la rectoría de la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre el sector educativo.

Nadie puede negar, ni ocultar, las ventajosas concertaciones políticas de Elba Esther Gordillo con las diferentes administraciones a nivel federal o local –indistintamente del color y siglas– a quienes ofrece su estructura político-sindical de cobertura nacional, así como las cuotas no auditables de los trabajadores para sus fines partidistas, eso sí, las facturas se cobran bien y con grandes dividendos a través de instituciones federales y estatales que automáticamente quedan subordinadas a los intereses de la dirigente magisterial en vez de quedar al servicio de la sociedad. Ahí queda el caso de la dirección del Issste, la Lotería Nacional, escaños en el Congreso de la Unión, diputaciones locales, presidencias municipales, en fin, todo aquello que genere poder y dinero.

La reforma toca puntos “clave” para reordenar el servicio educativo como: crear un servicio profesional docente que considere el desempeño y la preparación profesional de los maestros, con criterios definidos para su promoción sin interferencias sindicales; igualmente contempla un sistema de evaluación desarrollado por un organismo autónomo, que será obligatorio para todos y ajeno a otros intereses; que las plazas vacantes en educación ya no sean asignadas por el SNTE, ni vitalicias, ni hereditarias y mucho menos comercializadas. Sin embargo, no contempla otros puntos como: la responsabilidad de los padres para vigilar la educación de sus hijos,  la falta de infraestructura y cobertura del servicio de Internet en las escuelas, factores tan importantes en el proceso de enseñanza. Y qué decir de los perfiles de las autoridades educativas. Quitar la influencia del SNTE es apenas el primer paso, habrá que hacer una profunda revisión del tema para no caer en una llamarada de petate.

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