Hace  cerca de seis meses miraba sorprendido en un conocido canal americano (y que representa los intereses de nuestro vecino país), Discovery Channel, dos documentales (los llamaré de este modo debido a lo bien elaborados) en uno de los cuales hablaban del cultivo del canabis (mariguana) en hogares, por "ciudadanos comunes", y, en el otro,  del empuje que ejercían ciertas ciudades por la legalización de la sustancia.

Lo anterior me sorprendió y me dejó ciertas dudas, por diversas razones, entre las cuales destacaban el millonario mercado del producto, así como las cantidades (estimadas) de personas que consumirían la sustancia ilícita (hasta aquel entonces en todo el mundo) en elfuturo.

El jueves pasado Milenio Novedades publicó la noticia de que dos estados de la Unión Americana, Colorado y Washington, aprobaron (aunque por mínimas diferencias) el uso recreativo de la mariguana ("recreativo" como el alcohol), entre otras iniciativas estatales (matrimonios del mismo sexo y abolición de la pena de muerte) que se realizaron al mismo tiempo que la votación para elegir al Presidente de Estados Unidos.

Expertos afirman que la decisión perjudicará a los cárteles mexicanos, y replanteará la política antidrogas impuesta por EU a América Latina. Será ahora el estado quien regule la producción y distribución de "la mota", aunque continuará siendo ilegal a nivel federal.

Según un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad  (octubre), de 40 a 70% de la mota que consume EU llega de México y su legalización supondrá para los cárteles pérdidas hasta de mil 425 millones de dólares (23% de sus ingresos, que esperemos no desate más su furia).
Lo anterior cae como un balde de agua fría para México, luego de que miles de vidas han sido tomadas en un combate frontal al tráfico de drogas, a su producción y comercialización.

Recuerdo que un ex presidente de nuestro país había propuesto que se legalicen para acabar con la fuerza del narcotráfico. Quizás él ya había tenido la visión que ahora deja entrever Estados Unidos con "el negocio". Bien dicen que "cuando el río suena..."