De vallas, gabinetes y otros muebles

Estamos en el día 1 del nuevo gobierno y no sabemos qué nos espera.

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Mangos, papayas, melones y bayas / mi bien te daré si me das el sí”, cantaba Enrique Guzmán en la que quizá sea la letra más hermética y surrealista en la historia del rock hecho en México. Me acordé de la canción por la cantidad de veces que esta semana escuché la palabra vallas, ya sea para despotricar contra ella (“¡es un anuncio de la represión que se viene con el nuevo gobierno!”, gritaban algunos) o para defender su instalación por órdenes de nadie-sabe-nadie-supo. El caso es que más tardaron en ponerlas que en quitarlas, en un caso más de esos que el querido Ciro Gómez Leyva suele calificar como meramente anecdóticos.

En realidad, si algo cimbró la semana previa al inicio del sexenio peñanietista no fueron las vallas del Palacio Legislativo, sino los rumores y trascendidos acerca de la conformación del nuevo gabinete.

Esto de la gabinetitis es un deporte que tuvo su auge durante la era priista. Recuerdo, como si lo estuviera viendo hoy, aquel momento televisivo de 1976 en el cual Jesús Reyes Heroles, ungido como secretario de Gobernación del entrante gobierno de José López Portillo, anunció a todos los secretarios, pero olvidó decir quién sería el regente del DF. Ya se iba cuando alguien le avisó y regresó sobre sus pasos para decir, entre risas y aplausos: “Un error no atribuible a nadie. Departamento del Distrito Federal: Carlos Hank González”.

Pero vaya que causaba expectación conocer los nombres de quienes se encargarían de las diversas secretarías, costumbre que se perdió durante los dos sexenios panistas (con todo y gabinetazo foxista) y que no logró llamar tanto la atención del respetable ni siquiera con el regreso del PRI a Los Pinos.

Hoy ya tenemos gabinete y las sorpresas fueron pocas (me gustó lo de Relaciones Exteriores con José Antonio Meade). Estamos en el día 1 del nuevo gobierno y no sabemos qué nos espera. Sin condenas prejuiciadas o alabanzas gratuitas, yo prefiero conceder el beneficio de la duda. Siento, eso sí, un leve optimismo. Pero ya lo iremos viendo.

http://twiter/hualgami

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