El plan de seguridad en Benito Juárez tiene tres pilares: prevención, tareas de inteligencia y coordinación con los otros dos niveles de gobierno. El primero involucra a ciudadanos a través de los comités vecinales policiales, una idea que ya permea principalmente en las zonas más conflictivas.

Consultado para En órbita, José Luis Jonathan Yong Mendoza, comisario de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, confirma que hasta el viernes pasado habían instalado unos 150 y que la información proporcionada es clave en el nuevo mapa geodelictivo.

Revela que los habitantes ven con buenos ojos dicho acercamiento y el entusiasmo es mejor de lo previsto. “Hemos reducido robos y asaltos en días recientes”, asegura el jefe policial.

Este programa dejaría buenos réditos: de entrada, fortalece los métodos de información de los que se nutren para actuar con rapidez y eficacia. “Nos avisan de todo mediante ciertos canales, el contacto es directo y el dato es preciso. La retroalimentación es altamente efectiva”, explica el abogado.

Para este profesional con experiencia también en la PGR y la otrora Procuraduría de Justicia (hoy Fiscalía), los mensajes son compartidos con otros organismos del estado y la Federación. Gracias a ello están multiplicando los operativos, ya sea en calidad de organizadores o acompañantes, así como las reuniones en las que son anfitriones.

Ganan además en credibilidad, misión ineludible debido a los antecedentes desfavorables y los prejuicios hacia las corporaciones, que no obstante debe revertirse trabajando en equipo. “Que todos nos conozcamos significa que el desempeño debe mejorar porque se procurará cometer menos errores y omisiones, recobrando la buena imagen”.

Para el cancunense (más de 30 años de residente) “la percepción se cambiará con esta mística específica, de calidad y trascendencia, que son los comités. Ya estamos vinculados por una interacción sin precedente. Ya sabemos quién es quién”.

¿El panorama? Información que no tenían y ahora sí, confianza que crece, más capacitaciones, un parque vehicular que aumentará a la par del equipamiento, condiciones laborales más cómodas y una articulación permanente con otras instituciones.

Los resultados no tardarían en llegar: parques más seguros, un programa “Escuela Segura” más completo, menos violencia intrafamiliar gracias al perfeccionamiento del Grupo Especializado en Atención de la Violencia Intrafamiliar y polígonos enterados vigilados por cámaras, uniformados o vecinos. 

Hace unas semanas publiqué en este espacio la columna “Hay plan contra los malos”, que trazó las premisas básicas de dicha estrategia. Estas son las primeras acciones. ¿Qué sigue? El secretario adelanta tres: el comité de vigilantes blancos en conjunto con el Gobierno de estado, donde los guardias privados se suman a estas labores, así como el policía en bicicleta para la zona hotelera, que circulará por andadores y callejones.

Las 97 unidades activas podrían resultar insuficientes al ser empleadas para operaciones especiales y encargos, aunque en las próximas semanas serán entregadas 90 más, entre carros, camionetas y motos, lo cual facilitará tanto las coberturas preventivas como la reacción. 

“Hoy somos 2 mil elementos y tendremos 200 vehículos en óptimas condiciones. El plan podría ajustarse de acuerdo a los recursos materiales, humanos y financieros, pero siempre tenderá a mejorar”, considera el que, por cierto, ha debido encarar ya los primeros desafíos de inconformes.

Desorbitado

Cabe recordar que en 2017 habrá cero pesos del Programa Nacional para Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, del Gobierno federal, que desde 2013 y hasta este 2016 tenía un presupuesto superior a los 2 mil millones de pesos cada año, distribuido en 89 demarcaciones de todo el país. Benito Juárez fue beneficiado. 

Lo anterior, aunado a que del presupuesto actual nada o poco queda, la participación ciudadana es tremendo aliciente.