Envejecimiento y espiritualidad

Las personas que regularmente cultivan su vida interior o vida espiritual, buscando espacios y momentos cotidianos para detenerse a pensar y reflexionar.

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Cuando nuestro cuerpo se siente bien, nuestro espíritu lo celebra. Cuando el espíritu está saludable impacta positivamente en nuestro cuerpo.

Las personas que regularmente cultivan su vida interior o vida espiritual, buscando espacios y momentos cotidianos para detenerse a pensar, reflexionar y analizar su existencia diaria, suelen ser más serenas y tranquilas al momento de transitar por algún problema o conflicto.

Es evidente el impacto positivo del espíritu sobre la carne. Se ha comprobado que las personas que cultivan la vida interior o espiritual:

• Tienen una presión sanguínea diastólica mucho más baja que los menos espirituales.
• Tienen sistemas inmunes mucho más fuertes.
• Tienden a adoptar estilos de vida más saludables, evitando el abuso de alcohol, el uso de drogas, así como todo tipo de comportamientos conflictivos y riesgosos.

Todos conocemos más de un caso de la vida real en que un espíritu fuerte ha sido capaz de sostener un cuerpo enfermo por mucho tiempo con buen ánimo. Como también sabemos que un cuerpo fuerte no logra sostenerse por mucho cuando es el espíritu el que está enfermo. 

Jovencitos, lo que envejece es nuestro cuerpo, nuestro espíritu podemos mantenerlo joven y fuerte; ¿acaso no es esto lo que se conoce como envejecimiento feliz y exitoso?

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