Festival para los pueblos al final del 13 Baktún

Desde las mismas comunidades se debiera promover la cultura, la promoción debió ser por los mismos mayas.

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Ya estamos en la víspera de la gran fiesta, el gran final de la Cuenta Larga, el final del 13 Baktún. En la capital del estado que es la ciudad de Mérida se está desarrollando un gran festival, un mega festival para promover turísticamente al Estado y principalmente a las zonas arqueológicas y otros atractivos, como las playas y demás rincones que tienen el potencial turístico.

Pero, ¿qué pasa con las comunidades como Muna, Santa Elena, San Simón y Ticul, que se encuentran localizadas en el corazón del la Ruta Puuc, y ni qué decir de los poblados de Pisté, Tinum, Xcalakop y otras comunidades cercanas a Chichén Itzá? En el mismo oriente, ¿qué ha de ser de Santa Rita, Hunukú y el pueblo de Ekbalam, cercanos a la zona arqueológica de Ekbalam?

En el norte de la ciudad de Mérida, ¿qué será del pueblo de Dzibilchaltún, de los habitantes de Chablekal y demás comunidades que se encuentran alrededor de la zona arqueológica de Dzibilchaltún?.

Esto sólo por referirnos a algunas comunidades que debieran tener una participación más activa en el gran festival.

¿Dónde quedan nuestras tradiciones, la excelente habilidad de los artesanos que producen maravillosas obras en barro, en madera, piedra y otros materiales, qué decir de la maestría que pueden expresar las manos de las mujeres mayas al crear espléndidas obras en xocbilchuy? ¿Cómo hacer llegar al visitante esa tradición culinaria que nos permite saborear la comida cuya tradición se ha transmitido de generación en generación?

Todos esos atributos culturales de nuestros pueblos, debieran estar presentes en el festival, sobre todo, con el toque tradicional que los caracteriza. Desde las mismas comunidades se debiera promover la cultura, la promoción debió ser por los mismos mayas, en la medida de lo que ellos mismos permitieran compartir con el resto del pueblo.

Desde las mismas comunidades se debió exponer y difundir ese gran festival que ya se ha iniciado, no desbordando las grandes masas de visitantes a las zonas arqueológicas, no ampliando horarios alterando toda la naturaleza y el ambiente nocturno y mañanero. Debe haber una mejor visión, madurez y responsabilidad para explotar nuestro patrimonio cultural.

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