Frutos en el Colegio de Jueces

El Poder Judicial sigue en plena transformación. Caer en la ineficiencia o, peor aún, en la inoperancia...

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El Poder Judicial sigue en plena transformación. Caer en la ineficiencia o, peor aún, en la inoperancia, sería un error dado el contexto de cambios políticos y evoluciones administrativas.

El Colegio de Jueces, presidido por Luis Gabino Medina Burgos, lo tiene claro, por lo que ha priorizado el diálogo con sectores de la sociedad y gestionado cursos, capacitaciones, convenios, becas e incentivos para cumplir las expectativas no sólo de sus más de 50 miembros, sino de usuarios y justiciables. Ello a la par del propio Tribunal Superior.

Medina Burgos cumplirá dos años en su encomienda el próximo 30 de septiembre, por lo que en un análisis pertinente reconoce una instancia más incluyente, armónica y participativa. “Hemos avanzado a fuerza de voluntad pese a retos y dificultades”, confiesa.
“Hemos procurado capacitarnos, abrir las puertas a la ciudadanía y establecer alianzas; por ejemplo, tomando cursos en universidades, así como firmando alianzas con Barras y Colegios de abogados”, destaca el juez civil, quien no se ha separado de sus funciones en dicho periodo. 

Visto desde afuera, el órgano está jugando un rol importante en círculos académicos y políticos, lo cual ha sido clave para tener presencia, pero, mejor aún, para trabajar en equipo asuntos que fortalecen la imagen de un Poder cuestionado y con evidentes carencias en la operación.

Por fin, pondera el entrevistado, nos empiezan a escuchar: “Hay intelectuales con probidad y valores en nuestras filas, por lo que podemos contribuir no solamente en asuntos jurídicos. Ya nos están atendiendo los nuevos actores políticos, así es que seguimos ganando terreno”.

Es una noticia alentadora entre quejas y lamentos. “Porque el Poder Judicial ha sido desatendido, prácticamente olvidado durante los últimos años. Nosotros decidimos asuntos de libertad, patrimonio o cuestiones de familias enteras. Es urgente que nos atiendan mejor”, dice el connotado abogado. 

Durante el último tiempo, quienes integran el Colegio de Jueces han participado en conferencias, mesas de debate, charlas y dinámicas muy interesantes, como acercamientos con la comunidad jurídica, para agilizar procedimientos. Es un acierto, pues desconocían detalles que complicaban trámites.

Aun así, falta por hacer. Una de las peticiones más recurrentes es acelerar los tiempos, ya sea por personal insuficiente o la carga misma de expedientes, aunque no ha sido obstáculo para contrarrestar con juzgados itinerantes y otras estrategias.

“Vienen mejores tiempos”, opina él. Falta ver si es la oportunidad para que el Judicial se fortalezca como Poder independiente, manifestando resoluciones propias, ajenas a presiones e intereses, y con sentido riguroso en busca de la justicia expedita.

En un país con altísimas cifras de impunidad, cuando la corrupción y el tráfico de influencias son temas cotidianos, la buena tarea de los jueces se vuelve imprescindible. De ahí que, en coincidencia con lo expresado por el entrevistado, se les escuche, atienda y apoye, acorde con su trascendente responsabilidad.

Desorbitado

Sonora discusión provocó el ingreso de Uber en Quintana Roo. Marchas, caravanas y acciones jurídicas contribuyen a crispar el ambiente entre taxistas, líderes sindicales y quienes promueven la entrada de la empresa, desviando el sano debate hacia la polémica. 

Hay un trasfondo político y social que no debe ignorarse: si es competencia leal, por qué en este momento, cuántos empleos generará, si afectará a familias o no, a quién beneficia, entre otros cuestionamientos. A no perder el detalle, ni la cordura.

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