Geopolítica y turismo sustentable

La semana pasada estuve en un taller del Programa de Liderazgo Social Kybernus, en el cuál se hacía un análisis de la Geopolítica...

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La semana pasada estuve en un taller del Programa de Liderazgo Social Kybernus, en el cuál se hacía un análisis de la Geopolítica, que implica el estudio de los factores sociales, económicos y políticos que mueven al mundo y su interrelación con los modos de actuar de la sociedad, desde el punto de vista público, privado y social.

Es sumamente interesante conocer las tendencias que están marcando el futuro del globo, dentro de los cuáles los temas relacionados con la sustentabilidad son extremadamente relevantes en materia social, política y económica.

Los cambios demográficos, el cambio climático, la pérdida de recursos, la nueva economía centrada en naturaleza y cultura, el perfil cada vez más educado de los consumidores (incluyendo turistas), la consolidación de mercados emergentes, entre otros temas, ponen a Quintana Roo en una posición privilegiada para buscar una reconversión en la forma en que estamos llevando a cabo la actividad turística.

Y no me refiero tan solo al ordenamiento de la actividad y la disminución del impacto ambiental y social que genera, que es importante, sino también a la oportunidad (hasta ahora poco aprovechada), de diversificar la actividad turística estatal.

Con más de 20 áreas protegidas (tanto federales como estatales), una selva en el centro y sur con un muy buen estado de conservación, recursos como cenotes, zonas arqueológicas poco exploradas, tradiciones mayas que aún se mantienen, Quintana Roo podría convertirse en un estado líder en turismo alternativo, y dinamizar la actividad turística en el centro y sur del estado.

En el pasado, ha habido esfuerzos muy importantes de asociaciones civiles, organismos multilaterales, empresas y comunidades rurales por desarrollar actividades alternativas que contribuyen a la conservación y al rescate del patrimonio tangible e intangible, con buenos resultados, aunque no con el impacto que debieran tener.

La razón: una muy pobre (por no decir nula) política pública estatal en el tema, que no avanza en tener un turismo diferente porque está centrada en seguir preservando el modelo tradicional, que aunque es importante para la economía nacional y estatal, genera inversión extranjera directa y empleos, no alcanza para conservar los recursos y abatir problemas de rezago de las zonas que no apuestan por el turismo de sol y playa.

Empezamos, aunque no oficialmente pero si de facto desde hace algún tiempo, la carrera por la gubernatura para el próximo sexenio, y es labor de los ciudadanos y organizaciones generar nuevas propuestas para que el tema sea tomado más en serio por los próximos servidores públicos de Quintana Roo.

Una Subsecretaría de Turismo Sustentable dentro de la Secretaría Estatal de Turismo, un programa de turismo y biodiversidad con los lineamientos de la Convención de la Diversidad Biológica, un verdadero Programa de enlaces comerciales entre sector privado e iniciativas rurales y una campaña de promoción enfocada exclusivamente al tema, son algunos de los temas que en lo personal creo que debemos impulsar.

Si el mundo se mueve en esa dirección, ¿por qué no mover a Quintana Roo hacia allá? No solo nos hará más competitivos, sino nos moverá a tener un turismo más responsable, equitativo y justo.

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