Gran compromiso el estar vivo
Con la mente sin contaminación, podrás ver las cosas maravillosas que borramos durante ese turbulento devenir actual.
Aproveché sentarme en el sillón de la sala, relajado, recibiendo la brisa húmeda del atardecer que caracteriza esta época. Sin presiones ni preocupaciones, realizando lo que me gusta: escribir, leer, estructurar guiones para mis programas...
Y pregunté, cuánto tiempo pasó para que decidiera tomarme unos días de descanso total; disfrutar vacaciones. Y en un abrir y cerrar de ojos recorrí los años mozos de mi vida, deleitándome con pasajes que la vida te da oportunidad de disfrutar. Vuelves a darte cuenta de cómo cosas “triviales” son la sazón mágica que te obligó a crecer y te templó como ser humano, profesionista y triunfador, sin que lo último se interprete como presuntuoso.
Poder ver llegar a tu hijo –el xtup- de la prepa, platicar con tu esposa, realizar los pendientes que vas postergando, por las actividades “importantes e inmediatas”, de la vida azarosa que, sin darte cuenta, te aleja de lo importante: “tú”, no sólo como ser humano, sino como cabeza de familia, profesionista, servidor público y pequeña pieza del engranaje social.
Algunos se preguntarán: ¿le habrá entrado al doctor la depre? o ¿no será que ya dio el viejazo? A lo cual respondería que, con la mente sin contaminación, podrás ver las cosas maravillosas que borramos durante ese turbulento devenir actual. ¿Cuántas veces has apagado tu celular 24 horas para que ese día disfrutes realmente de una caminata al aire libre, ir al cine, ver la serie que te gusta, o sentarte enfrente de tu computador, a la hora que desees y cuando más inspiración tengas, sin la presión de la obligación de cumplir?
Otros se preguntarán, ¿qué tiene que ver esto con un tema de salud? Lo tiene que ver todo ¡Recuerda que la salud no es el estado de “no enfermedad” física o mental. Tiene que ver con la estabilidad y el sano equilibrio dentro del hogar, con tu entorno laboral (no estar peleado con la vida) y mantener la capacidad de asombrarse no sólo con la tecnología, sino con lo que “sobrevive” de la naturaleza.
Te recuerdo que eres perenne, con principio y fin, y por esperar el mañana o cuando me jubilen, la vida se te va en un abrir y cerrar de ojos, mientras esperas ese mañana que jamás llegará. Reflexiona y hoy haz felices a quienes te rodean. ¡Hacerlo en vida, el gran reto!