De tono grisáceo veo el desenvolvimiento de nuestra autoridades municipales, aunque posiblemente esté padeciendo de daltonismo.

Para disipar dudas, me dirigí al Palacio Municipal de Mérida con la intención de preguntar por qué no reparan las calles durante la noche y con más personal, para causar las menores molestias. Preguntarles también: por qué tanta publicidad anunciando que están trabajando; por qué el lento avance en la limpieza del Monumento a la Patria; por qué, del presupuesto de 1,000 millones de pesos que se van a invertir para reducir la brecha de desarrollo entre el norte y el sur de la ciudad, el 60% se invertirán en el norte y 40% en el sur. ¿No debería ser al revés?

Pero cuando vi la fachada del edificio con yerbas colgando de sus paredes, la poca limpieza de los corredores de entrada y en el restaurante contiguo, los ostentosos sellos de clausura y cintas amarillas en las puertas, comprendí que no tenia caso continuar, ya que si no cuidan la imagen del edificio en donde trabajan, poco o nada podemos esperar.

Los reconocimientos y títulos adquiridos para la ciudad no distraen lo suficiente como para ignorar la realidad.

Limpien la fachada y pongan mamparas para tapar el deprimente espectáculo de la clausura, por favor.

Qué vergüenza que los turistas tengan que ver estas cosas.

Esperemos ahora el resultado del censo de árboles que anunciaron, ya que éstos son una de las fortalezas turísticas de la ciudad.

Es justo reconocer que en la cultura lo están haciendo bastante bien, entre otras cosas, con la exposición de Toledo en el Olimpo… de lujo.

Felicidades a Renán Guillermo por su nombramiento en Quintana Roo. Espero que no nos abandone. El trabajo desarrollado en Yucatán en el ámbito de la cultura no deja duda de su valía como funcionario y su calidad humana como servidor público.