Hacia 2018

En lugar de una supuesta militancia vencida y sin argumentos, en el mitin del PRI hubo una presencia participativa y animosa, que superó los cálculos de los organizadores.

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La primera impresión que me queda luego de asistir a la asamblea del PRI con motivo de la visita de Enrique Ochoa Reza, su presidente nacional, a la entidad es el gran abismo que existe entre la realidad y las redes electrónicas, o más bien entre lo que se dice en las redes sociales sobre la situación de ese partido y el estado de ánimo que priva entre su militancia, sobre su presente y no tan lejano futuro de 2018.

Hay que tomar en cuenta que se viene de unas elecciones en las que los votantes castigaron a los gobernadores cuya administración fue percibida por su opacidad, con severas sospechas de corrupción; por la parálisis que ha ocasionado en Oaxaca y Chiapas  la resistencia de la CNTE a la Reforma Educativa,   y luego del incremento en el precio de los carburantes y la electricidad, lo que contradice los objetivos de la Reforma Energética.

En lugar, sin embargo, de una supuesta militancia vencida y sin argumentos: sin esperanza de triunfo, me topé con una presencia participativa y animosa de una estructura territorial, que superó con creces los cálculos de los organizadores, pues acudieron cerca de 15 mil personas en lugar de los 10 mil esperadas.

Claro que se trata de la otra cara de la moneda, un Estado en el que su gobernador, Rolando Zapata Bello, es calificado, mes tras mes, por la ciudadanía en el primer lugar nacional, reconociendo así lo mismo el cumplimiento de sus compromisos de campaña que su honestidad personal. Un mandatario que se ha mantenido igual que el primer día de su mandato: dando la cara a sus gobernados y estableciendo con ellos directa y personal comunicación. Lo que sí ha mejorado notablemente es su calidad oratoria, producto de la confianza que da alcanzar las metas propuestas. 

Por eso, habiendo demostrado la capacidad del gobierno del PRI para dar buenos resultados, a pesar de las dificultades económicas globales y nacionales, sobre todo en materia de atracción de la inversión privada, local y extranjera, la creación de empleos y el mejoramiento de los ingresos, su militancia se muestra convencida de la necesidad de trabajar para alcanzar el triunfo en 2018 en las presidencias municipales, el Gobierno del Estado y en el Ejecutivo federal.

De ahí que el ímpetu de la estructura partidista haya podido influir en el talante de Ochoa Reza, quien explicó que el nuevo trabajo del PRI consiste sí en escuchar, pero también en ser escuchados. No quedarse callado ante la sociedad que exige el castigo a la corrupción, denunciando la corrupción de los priistas, pero sin quedarse callado, por conveniencia, ante la que proviene de otros partidos políticos, como el PAN.

Estar dispuestos a discutir con argumentos, contrastando los resultados de la administración federal del PRI con las del PAN, en la que por lo menos en materia de generación de empleos, aseguró, hemos sido consistentemente más eficientes.               

Difícil encontrar tanto amor por el partido que el que he encontrado aquí, declaró en entrevista posterior. No tanto, pienso yo, cuando un gobierno rinde cuentas y da buenos resultados.

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