Humillante cese de Cuitláhuac Salinas

De no ser para distraer la atención de algún escándalo o el sádico propósito de humillarlo, el cese del subprocurador contra la delincuencia organizada, es cuando menos un descomunal absurdo.

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De no ser para distraer la atención de algún escándalo por explotar o por el sádico propósito de humillarlo, el cese del subprocurador contra la delincuencia organizada, Cuitláhuac Salinas Martínez, es cuando menos un descomunal absurdo porque, sin que lo corriera nadie, el mero cambio de gobierno le imponía dejar el cargo, inevitablemente, dentro de solo tristes 15 días.

Lo que sea que haya motivado lo que la hipocresía burocrática resuelve con el eufemismo “renuncia”, sus 20 años en el servicio público (casi todos, por cierto, en el Poder Judicial) lo han avalado, y su salida es aún más incomprensible si se considera que en la PGR, antes de encabezar la SEIDO, fue también director general de Investigación y Análisis de la Coordinación General de Investigación; fiscal y coordinador general en la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Indocumentados y Órganos de la otrora SIEDO y, ni más ni menos, coordinador de asesores de la procuradora general de la República, Marisela Morales.

Por donde se vea, esto es un escopetazo al pie…

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