La imaginación es la fuente de todo logro humano.- Ken Robinson,  educador y escritor                                                         

Aceptar nuestros límites no es lo mismo que negar la vida. Puede pasar que rechacemos oportunidades porque nos asusta que los demás nos hagan daño, que no respeten nuestros límites. 

A veces duele reconocer que quienes nos han tratado con abusos y sin respeto lo hacen porque nosotros mismos lo permitimos. Sin embargo, si conocemos nuestros límites podemos decir NO a quien nos daña y protegernos. 

La mente es muy poderosa y el pensamiento, parte vital de nuestro ser. Hay una teoría que afirma: “La vida es como es para cada quién porque así la ha imaginado; y que al cambiar los pensamientos, la vida también cambiará”. ¿Será porque nuestros pensamientos crean y atraen las circunstancias? 

Cuidemos nuestros pensamientos y el diálogo interno. A veces nos decimos cosas negativas sin fijarnos que estamos alimentando circunstancias negativas. Hay que cuidar los pensamientos y permitir únicamente los positivos. Nuestro cuerpo es la caja de resonancia de nuestros pensamientos, creencias, deseos y sentimientos profundos que enferman o sanan. 

Aunque parezca que hay motivos para preocuparse, podemos relajarnos buscando paz y sosiego con pensamientos que nutran la esperanza y la fe. Convertirnos en personas activas, con acciones positivas. Entonces, nuestra energía vital se dirigirá y concentrará en visualizaciones de bienestar integral como: salud, abundancia, equilibrio y amor.  

Para la visualización se emplea la imaginación. Es “ver” (imaginativamente) lo que deseamos que suceda, antes de que sea real. Es un recurso muy poderoso para lograr lo que deseamos profundamente. En una postura cómoda, con los ojos cerrados visualicemos una situación que nos dé bienestar y paz; esto ayuda a eliminar la tensión y permite a la mente crear escenarios positivos. 

Te invito a practicar la visualización y verás cómo tus circunstancias mejoran para tu bienestar y el de los que te rodean. No pierdes nada con hacerlo y sí puedes obtener grandes beneficios para tu salud y calidad de vida.   

¡Ánimo! Hay que aprender a vivir.