Ir al cine solo

Estar solo se siente bien una vez que lo aceptas, incluso puedes comenzar en lugares como un parque, una biblioteca o una cafetería.

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Si hicieras una lista de las personas más cercanas a ti, es muy probable que puedas decir que las conoces muy bien; podrías describir rápidamente lo que les gusta hacer, comer, platicar y hasta soñar, porque, cuando vemos a alguien, lo estamos viendo como el que es, pero, ¿se han preguntado alguna vez qué tanto se conocen a sí mismos? Después de todo, la única forma de poder vernos a nosotros mismos es a través de un espejo, que nos reflejará al revés y nunca como un todo.

¿Y cuál es la mejor forma de conocernos? La misma que cuando conocemos a otra persona, compartiendo momentos, hablando, descubriéndola y para descubrirnos tenemos que estar solos, “solos más no callados” en compañía de nosotros mismos, como diría una gran amiga mía. A pesar de que, cuando llegamos al mundo, la gran mayoría lo hacemos solos, en la vida no se nos enseña a estarlo. ¿Cuántos de nosotros hemos ido solos al cine? Incluso, imaginar ir a comprar el boleto y recibir la pregunta del taquillero de que si sería un boleto, o el llegar y sentarse con tu bebida y palomitas con las butacas a tus costados vacías, hacen desistir a la mayoría. Todo es cuestión de práctica, y sí, al principio, te puedes sentir un poco solitario, pero se paciente. Al cabo de un breve tiempo descubrirás que estar solo se siente bien una vez que lo aceptas, incluso puedes comenzar en lugares como un parque, una biblioteca o una cafetería, donde puedes sentarte a leer el periódico o quedarte un rato mientras tomas tu dosis de cafeína; una plaza donde puedas curiosear mientras ves los estantes o probar unos perfumes. Por supuesto también está el gimnasio y de paso ayudas a mejorar tu condición física y a mantener un peso saludable.

Luego te puedes aventurar un poco más e ir a desayunar solo: disfruta el tiempo contigo, mira a tu alrededor y observa la dinámica que se desarrolla, pide tu plato favorito y piensa en qué te hace sentir cada bocado, tal vez descubrirás que muchas personas que están a tu alrededor estarían deseando estar en tu lugar. Por supuesto ve al cine y cambia la idea preconcebida de que ir solo significa soledad; disfruta tu espacio, la oscuridad y lo calmado que es antes de que se inicie la película, podrás mirarla completa, ya que nadie te interrumpirá para preguntarte sobre el diálogo que se perdió. Pero eso sí, no hagas trampa y resiste la tentación de pasar el tiempo con tu teléfono celular.

Tenemos una vida y, por tanto, es imperativa la obligación de vivirla en su máximo esplendor, y será así si nos conocemos, aceptamos y amamos, para comenzar a vivir en un lugar más auténtico, sincero y profundo. En este camino del autoconocimiento nos volveremos más empáticos y en nuestra sociedad, donde la empatía está en peligro de extinción, será el mejor comienzo para cambiar. 

Los invito a ir al cine solos y contarme en un correo electrónico cómo les fue.

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