Joven y jubilada

Grande la injusticia en este país, cuando una servidora pública se puede jubilar con sólo quince años de servicio, a la edad de 36 años...

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Grande la injusticia en este país, cuando una servidora pública se puede jubilar con sólo quince años de servicio, a la edad de 36 años, con más de 20 mil pesos mensuales; mientras adultos mayores tras una vida de trabajo y pensiones raquíticas se ven forzados a seguir trabajando mucho más allá de la edad de retiro (empacadores en supermercados, viene-vienes, etc.).

Un retiro digno será realidad para un porcentaje muy bajo de la población. Según un estudio de la Amafore siete de cada 10 mexicanos no tienen ningún esquema de retiro. Se pronostica que en México para el año 2050 habrá 36 millones de adultos mayores, y en su mayoría no tendrán recursos para jubilarse. Una mayor esperanza de vida y una menor tasa de natalidad en México han gestado una transición demográfica, que, aunada a la falta de ahorro, arrojará como saldo que la mayoría no tenga un retiro digno.

Las estadísticas dicen que:

  • Siete de cada 10 mexicanos no tienen ningún plan para el retiro.
  • El 80% de los adultos mayores no cuentan con ingresos fijos. 
  • Sólo el 26% de la población mexicana económicamente activa ahorra para su jubilación.
  • El 48% de los mexicanos no se sienten responsables de su retiro, prevaleciendo el “Dios proveerá”.
  • -El 50% de los mexicanos esperan que sus hijos los mantengan en la ancianidad.

En México la expectativa de vida es de 76 años. Así que estadísticamente es muy probable que cada mexicano tenga una larga existencia. Ante esta realidad, la pregunta sería: ¿cómo vamos a llegar financieramente a nuestra edad de retiro? Dependientes y vulnerables parece ser el escenario más probable.

Cada uno de nosotros es dos personas: yo-presente y yo-futuro. Para la mayoría es más importante el yo-presente; pues al final de cuentas es quien está  ahora y sus necesidades y deseos tienen preferencia sobre las de yo-futuro. Este depende casi por completo de las decisiones del primero. Ejemplo: si yo-presente adquiere una deuda, será  yo-futuro quien tendrá que pagar.  Yo-futuro, al no existir todavía, no tiene ni voz ni voto, lo cual implica que las decisiones de yo-presente deben ser responsables para que tengan una influencia positiva sobre la vida de yo-futuro.

Es lógico querer disfrutar los frutos de nuestro esfuerzo, pero en ocasiones al estar inmersos en una espiral consumista gastamos y nos endeudamos más allá de nuestras posibilidades, hipotecando nuestro futuro. Para que esto no suceda, y logremos una mejor pensión y una vejez sin apuros financieros, es necesario adquirir el hábito del ahorro y planeación financiera. 

Promover un cambio cultural para que cada uno logre una mejor pensión y una vejez tranquila es indispensable. Es imperativo que servidores públicos piensen en la jubilación de todos y promuevan políticas públicas que nos hagan más conscientes para revertir datos como el que dice que el 48% de los mexicanos no se sienten responsables de su retiro.

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