La explotación petrolera

La riqueza petrolera mexicana es tan grande que ha podido soportar los saqueos sexenales.

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A 75 años de que el presidente Lázaro Cárdenas promulgara el valiente y patriótico decreto expropiatorio de la industria petrolera, la riqueza generada por este recurso no ha podido brindarle a nuestro país las condiciones de tener un México próspero y justo.

El Gral. Cárdenas sólo expropió los medios de extracción y refinación que las empresas privadas y extranjeras tenían, ya que desde 1917 el petróleo era en la ley propiedad de la nación, aunque los primeros gobiernos revolucionarios hicieron concesiones para ser reconocidos en el extranjero y cedieron no sólo el petróleo sino también soberanía, y cuando estas empresas quisieron imponerse al gobierno del divisionario michoacano, entonces éste tomó esta histórica decisión devolviéndole el petróleo a los mexicanos para su explotación.

Pero la enorme riqueza que este recurso natural no renovable ha producido no ha sido eficazmente empleada para el desarrollo económico del país, haciendo que nuestra economía dependa de la venta del petróleo crudo y no de sus derivados que generarían mayor valor agregado como lo han hecho otros países que ni siquiera son productores de petróleo.

En México no podemos producir ni la cantidad de gasolina que consumimos, pues cuando menos el 50% tiene que comprarse a las empresas privadas del extranjero haciendo uso de los recursos obtenidos de la venta del crudo para  subsidiar la gasolina que las 6 refinerías mexicanas no pueden procesar, por eso cuando el precio del petróleo sube tenemos que pagar más por la gasolina y cuando baja también tenemos que pagar más, porque nuestra economía se calcula con el costo del barril de petróleo crudo, auténtico “negocio de Peto” para los ciudadanos mexicanos.

Pero no así para la clase política y sindical que disponen de estos recursos impunemente sin que nada ni nadie los acote; esta es la verdadera razón por la que los políticos de izquierda, de derecha y el sindicato  no quieren privatizar, porque eso podría significar transparentar el manejo y poner  fin a los privilegios.

La riqueza petrolera mexicana es tan grande que ha podido soportar los saqueos sexenales que produjeron galopantes devaluaciones de tres ceros, “el bolseo” que los banqueros nos hicieron y que el Fobaproa tuvo que reponer con cuenta al pueblo de México, y todavía tenemos reservas probadas como para treinta años.

El verdadero reto del actual gobierno como lo fue hace 75 años es ”expropiarle” el petróleo a unos cuantos privilegiados mexicanos y ponerlo a disposición de los verdaderos esfuerzos transformadores que este país necesita y que son la educación, la ciencia y la tecnología que serían los auténticos cimientos de una nueva sociedad mexicana; dentro de 6 años sabremos si se logró.

“El niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo”.  La suave patria.

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