La masificación turística de las Áreas Naturales Protegidas

Imagine que usted es invitado a un Área Natural Protegida para realizar alguna actividad de turismo...

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Imagine que usted es invitado a un Área Natural Protegida para realizar alguna actividad de turismo. ¿Qué es lo primero que se imagina? Yo: un lugar espectacular, prístino, bien conservado, con flora y fauna endémica, con paisajes inolvidables, y una interacción directa con la naturaleza. Y generalmente eso es lo que encontramos.

¿Qué no se imagina? Lo que uno menos se imagina es estar rodeado de turistas, tener que esperar turnos para hacer actividades o para comer, estar apresurado, escuchar ruido, encontrar gente alcoholizada; es decir, uno no quiere vivir una experiencia de turismo masivo en uno de estos sitios, y sin embargo, esta situación se da cada vez más.

En México existen 176 Áreas Naturales Protegidas (ANP’s) a nivel federal, y muchas otras decretadas a nivel estatal; uno de los principales retos para las ANP’s es encontrar mecanismos adecuados para su conservación y protección, y en este sentido, el turismo responsable y bien gestionado se ha identificado como una estrategia de preservación de los ecosistemas y de beneficios directos a las comunidades que viven en ellas o en sus alrededores. 

Y aunque no en todas las ANP’s del país puede realizarse turismo, si hay una tendencia a que muchas de ellas reciban visitantes. A nivel global, y con base en un estudio de la Universidad de Cambridge, las áreas protegidas y parques nacionales del mundo reciben alrededor de 8,000 millones de visitas cada año, mientras que en México, no se encuentran cifras actualizadas sobre la llegada de visitantes a las ANP’s.

Sin embargo, el tema del turismo en la ANP’s de nuestro país cada vez representa un reto más grande, y desde mi punto de vista, menos atendido. La Estrategia de Turismo en Áreas Protegidas 2007 – 2012 (ya que no existe una más actualizada) ya identificaba que existían de 27 ANP’s que tenían un modelo de turismo llamado “depredador” y en las que necesitaba trabajar para disminuir los impactos en la actividad. Y en lo personal me ha tocado visitar y trabajar en muchas donde la problemáticas es grave con la llegada de turistas y su manejo.

¿Cuáles son las razones por las cuáles nuestras ANP’s están terminando con un modelo de turismo masivo, siendo que su enfoque en conservación es diferente?

Yo identifico tres muy importantes (aunque hay muchas más por trabajar):

Primero, que el tema turismo en ANP’s no es lo suficientemente relevante para ni en las instituciones de preservación ni en las turísticas. La Estrategia de Turismo en Áreas Protegidas al 2040 maneja el tema de forma muy tangencial; el Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas ni siquiera contiene palabras como “turismo, turistas, ecoturismo o visitantes” y en el Programa Sectorial de Turismo el tema ni siquiera se toca por equivocación. Y a pesar de que cada Área tiene su propia autonomía, siempre es importante contar a nivel Nacional y Regional con una estrategia específica para el manejo de turismo, lo que permite tener mejores resultados por su nivel de incidencia que el trabajo individual.

Segundo, es que en el tema turismo, seguimos viendo a las ANP’s como sitios para la conservación y no como sitios para el aprovechamiento sustentable. Esto provoca dos cosas: la primera, que queramos concentrar la llegada de turistas en pocos sitios, hasta cierto punto “sacrificándolos” en pro de conservación de áreas mayores, en lugar de distribuir mejor las actividades y disminuir los impactos, y la segunda, que seguimos peleando con los prestadores de servicios para dar o no concesiones, pero no los estamos involucrando en la conservación; es decir, si su “negocio” es la visita al Área Protegida, es también su deber es cuidar e invertir en el negocio, lo cuál pasa en muy pocas ocasiones.

Tercero, no hay un sistema de manejo turístico en ANP’s en el país. ¿Para qué? Para saber de forma confiable, actualizada y pública, las llegadas de turistas e ingresos; para medir, mediante un Sistema de Gestión Ambiental, los impactos de la actividad y buscar revertirlos; y tercero, para poder promover las ANP’s al público especializado y con operadores turísticos responsables que realmente promuevan el turismo sustentable y dejen beneficios a las comunidades y a los ecosistemas.

Si no logramos resolver estos problemas a nivel nacional, o al menos regional, la capacidad de nuestras Áreas Naturales Protegidas se verá rebasada, y nos estaremos acabando otra gallina de los huevos de oro, pero ahora, con consecuencias más importantes que en sitios que no están protegidos.

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