Un llanto en la oscuridad

El caso de Lindy y Michael Chamberlain se dio a conocer en una cinta, donde retrató el tortuoso proceso por la muerte de su pequeña hija de apenas nueve semanas en Australia.

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Los nombres de Lindy y Michael Chamberlain se conocieron en todo el mundo cuando la película A cry in the dark (Un llanto en la oscuridad), de 1988, retrató el tortuoso proceso que pasaron a raíz de la muerte de su pequeña hija de apenas nueve semanas, Azaria, ocurrido en un campamento en el parque nacional Uluru, Australia, hecho por el cual fueron llevados a juicio, condenados y finalmente liberados por falta de evidencias.

Más allá de la fascinante historia legal detrás del caso, éste fue, quizás, uno de los juicios más mediatizados de la época, debido a que los medios impresos y los canales de radio y televisión enfocaron su atención en Lindy, ante la “increíble” historia, sostenida por ella, de que un dingo, perro salvaje de la zona, fue el causante del deceso de la bebé al sacarla de la casa de campaña donde dormía. Los medios generaron una especie de “reality show” alrededor de la joven mujer y su familia, despertando con ello una casi fanática avidez de la sociedad, que terminó tomando por culpable a la pareja. 

La película, protagonizada por Meryl Streep y Sam Neil, muestra cómo Lindy y Michael pasaron por el desprecio, el desprestigio y la condena social, incluso a pesar de que eran unos reconocidos líderes de la iglesia protestante, con un impecable comportamiento social y devoción religiosa. Los medios, sin embargo, los “transformaron” en una pareja cruel y fría, dado que permanecieron imperturbables durante todo el proceso, particularmente el juicio.

Durante el proceso, la sociedad, los fiscales y el propio tribunal fueron más parciales con Lindy, a quien condenaron a cadena perpetua y negaron varias apelaciones, mientras Michael quedó libre bajo fianza. Los acusadores se centraron en desestimar los dichos de Lindy y combatir su testimonio de que un dingo había sacado a la bebé de la tienda de campaña aquella noche de agosto de 1980.

La sentencia se dio a conocer en octubre de 1982, luego de un juicio que duró un mes. En 1986, después de cuatro años en prisión, Lindy fue liberada y exonerada de los cargos gracias a la causalidad, cuando la policía rescató el cadáver de un turista accidentado en Uluru y encontró en el lugar restos de ropa que pertenecían a la pequeña Azaria. 

No fue sino hasta  32 años después de los hechos, en 2012, cuando las autoridades australianas dieron por cerrado el caso bajo la conclusión de que los hechos ocurrieron como Lindy los había narrado desde la noche del 17 de agosto de 1980.

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