Los espacios independientes

En Mérida, los foros se acondicionan de manera convencional: tarima, focos, piernas…como si no hubiera visión transformadora en sus dirigentes

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Parece que en Mérida se desató una fiebre por tener un espacio particular para hacer teatro. 

Solíamos decir: “Te invito a mi obra”. Ahora se sienten importantes  pues dicen: “Te invito  a mi festival”. Me pregunto si hay una necesidad real de construir un discurso desde un espacio particular o es un reflejo de la poca capacidad de tolerancia para acomodarse a las reglas burocráticas de los espacios establecidos.

Sé que las políticas de cada foro nuevo varían según la ideología de sus directores. Hay espacios que no programan teatro regional, otros que sólo programan musicales, comedias con chistes sexuales, sin argumento  o estética, con una publicidad cargada en mujeres medio encueradas, otros con una mirada elitista que pondera grupos de fuera del estado y otros donde la programación es un catálogo de su vida familiar.

Tenemos casinos, restaurantes, casas y bares para hacer teatro. Me parece curioso que  los teatristas enarbolen la bandera de la independencia, ¡pero! reciban apoyo mensual del gobierno para pagar  gastos “básicos” del foro. Cuando este fenómeno ocurrió en Buenos Aires, la gente hacía teatro en cocheras, casas abandonadas, baños. Las obras no necesariamente estaban escritas para lugares así, tal vez por eso cobraban una fuerza tremenda para el espectador.

En Mérida, los foros se acondicionan de manera convencional: tarima,  focos, piernas…como si no hubiera  visión transformadora en sus dirigentes.

Mi teatro siempre ha tenido las puertas abiertas en el foro cultural “Amaro”, el centro cultural “Dante” y “Tapanco”. Quizá por eso conozco de cerca el apoyo que dan a los artistas y creo que son los más equilibrados y amables. El “Amaro” tiene una mirada política y social muy acorde con la vida de Olga Moguel, activista a favor de los derechos humanos. “El teatrito”, un foro pequeño pero con una gran ideología. Estos foros están formando una red de espacios independientes  que permitirá al espectador conocer las carteleras y ubicación de los foros.

Esperemos que los espectadores asistan al teatro y encuentren en  las carteleras algo de su gusto. Porque idealmente, estos foros debieron construirse para ellos, para generar fuentes de trabajo, espacios de promoción del teatro y de intercambio entre creadores. Lamentablemente, algunos de estos foros se hicieron para regocijar el ego de algunos frustrados que no sólo no saben dirigir teatro, sino que ahora, con su actitud discriminadora, demuestran que tampoco saben dirigir un foro.

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