Más vale maña que fuerza

Desde el primer minuto del 1 de diciembre se notó el cambio de gobierno, con una coordinación exacta para posicionar a la nueva autoridad.

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Llegar al poder con una estrategia de comunicación bien definida es fundamental, como lo hizo Enrique Peña Nieto. En campaña se comprometió con México y manejó un discurso positivo, transparente y plural.

Su toma de protesta fue protocolaria y aunque hubo algunas mantas de la oposición, la solemnidad del acto las opacó. Se le vio seguro, con una imagen limpia, sencilla y sin protagonismo partidista, vistiendo un traje sobrio y corbata gris.

Desde el primer minuto del 1 de diciembre se notó el cambio de gobierno, con una coordinación exacta para posicionar a la nueva autoridad. La imagen gráfica de Presidencia es limpia, con un color neutro y resaltando el escudo nacional.

El mensaje desde Palacio Nacional fue claro: dijo qué va a hacer y cómo lo va a hacer. Y lo hizo ante todos sus públicos: empresarios, políticos, periodistas,  invitados internacionales y hasta artistas, aunque aún no entiendo el propósito de la presencia de Paquita la del Barrio.

Nos ha dado la percepción de que dejó atrás la contienda electoral y adoptó la postura de autoridad; dejó de ser priísta para ser presidente.

El Pacto por México es un tema importante. Aunque pienso que es lamentable que tengamos que firmar pactos y acuerdos que nos obliguen a actuar bien y trabajar por el país, a éste lo celebro porque se establecen claramente las acciones a realizar para que México sea mejor. El presidente ya logró involucrar a todos los partidos políticos y ellos ya le dieron el visto bueno a sus estrategias de gobierno.

Y para terminar de incluir a todos, la Presidencia ha lanzado dos spots de televisión para motivar y generar un cambio de pensamiento en la ciudadanía. Nada nos mueve más como mexicanos que el orgullo por nuestra patria, cuando un mexicano gana algo es como si ganáramos todos. Esos anuncios apelan al nacionalismo y al inicio de una nueva era, de esperanza, de cambio y de optimismo. Ya no hablamos de muertos, ahora se habla de los logros que hemos tenido y los que tendremos.

El presidente Peña Nieto está comunicando con todo lo que puede comunicar:  de manera verbal y no verbal; con discurso, imagen y acción. Los resultados hasta ahora han sido positivos, ha tenido buenas críticas y se le ha recibido bien.

En el ámbito local, a dos meses de haber tomado protesta, aún no veo una identidad en el Gobierno Estatal que ayude a posicionarse y reforzar el discurso del gobernador. Se han empeñado tanto en deslindarse del gobierno anterior, que han olvidado por completo esa parte. Si tomamos en cuenta que las personas votamos mayormente con el corazón (sin alusiones de ningún tipo), lograr empatía con la ciudadanía se vuelve una necesidad de comunicación política. Hay que hallar la justa medida: no abusar pero tampoco olvidarlo.

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