Mérida y su transporte público

Si no insistimos en la gestión de un servicio de transporte público de calidad, seguiremos padeciendo los daños que la motorización impone a la salud, la calidad de vida y la competitividad de nuestra ciudad.

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Decíamos la semana pasada que es preocupante la tasa de crecimiento del parque vehicular en la ciudad, que ha alcanzado cifras realmente alarmantes por su impacto directo en la seguridad vial y sus efectos en la calidad ambiental de nuestro entorno; pero lo cierto es que si no contamos con un servicio de transporte urbano de alta calidad, de clase mundial, que satisfaga las necesidades y dé servicio, tanto a ricos como a pobres, no podremos ganarle la batalla al agresivo avance de los carros privados y las motos, en un altísimo porcentaje generadoras de un ruido urbano muy por encima de los niveles permitidos. 

Si no insistimos en la gestión de un servicio de transporte público de calidad, tendremos que seguir padeciendo los daños que la motorización impone a la salud, la calidad de vida y la competitividad de nuestra ciudad. Tenemos todos que proponernos ganar esta batalla promoviendo los avances integrales de modernización del transporte público, a fin de poner en servicio de la población, en el corto plazo, un servicio de transporte integrado multimodal, de elevada calidad, al alcance y atractivo para todos.

En este proceso, es necesario definir cuáles son los atributos y elementos determinantes de la calidad del servicio que nuestra ciudad merece. Para ello, debemos ponernos del lado de la demanda, esto es, ponernos los zapatos de quienes usarán el servicio y, al mismo tiempo, definir las características de equipamiento que debe satisfacer el espacio público urbano, conociendo las necesidades reales de transporte, así como las capacidades económicas de los usuarios, sus preferencias y sus expectativas. 

En paralelo, debemos investigar las ofertas de solución, disponibles, viables en las características de nuestro entorno y compatibles con nuestra estructura urbana, con el propósito de poder identificar la mezcla de soluciones de calidad y competitividad, que permitan estructurar las características de un servicio que asegure una verdadera mejora del transporte público para todos. Es poco satisfactorio ver “nuevas” unidades continuando con el obsoleto modelo de rutas de transporte que no evolucionó con el crecimiento de la ciudad, nuestra ciudad, que ya no puede esperar más.

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