Cada día, a través de los medios, nos enteramos del gran número de accidentes viales que ocurren en nuestra ciudad y en el Estado, conscientes de que la estadística real de accidentes es mayor, ya que muchas veces vemos choques que no aparecen en la prensa; todo esto sigue ocurriendo a pesar de que ya estamos en el sexto año del decenio de acción acordado en el seno de las Naciones Unidas para la mejora de la seguridad vial, programa al que nuestro país se adhirió comprometiéndose a adoptar nuevas medidas para salvar vidas en sus calles y carreteras. 

La seguridad vial es el conjunto de acciones encaminadas a la prevención de accidentes y, en caso de ocurrir, a minimizar sus efectos; seguridad quiere decir que se está exento de peligros, daños o riesgos; o sea, seguridad vial es sinónimo de prevención de accidentes viales. Como he señalado, contamos con un reglamento de tránsito que, si se conociera y respetara, sería el marco de nuestra seguridad vial. 

Para ello, insisto en que es necesario desarrollar campañas y cursos permanentes sobre seguridad y educación vial, poniendo especial énfasis en temas como la forma de conducir, el uso adecuado de todo tipo de vehículos, el respeto a las señales y normas de tránsito, la protección a ciclistas, peatones y personas con discapacidad y las conductas para la prevención de todo tipo de accidentes.

La seguridad vial es el conjunto de mecanismos y acciones que de manera integral permiten el buen funcionamiento del tráfico, asegurando el uso adecuado de los espacios viales; existen dos áreas: la seguridad vial activa y la pasiva; la primera se enfoca en evitar que ocurran los accidentes, comprendiendo temas como el respeto de la señalización, la verificación continua del vehículo y conducir a las velocidades permitidas; le segunda tiene como propósito reducir al mínimo los efectos de un accidente, como el uso del cinturón de seguridad, no usar el celular y manejar sin distracciones.

En resumen, la seguridad vial establece las condiciones para que el espacio vial esté libre de riesgos y, esto es muy importante, entender que la seguridad al transitar no es asunto de una persona, sino de toda la sociedad; es decir, está encaminada al bien común.