Por una Mérida sostenible

Hay que pensar en una Mérida que en su modelo de desarrollo tenga tres factores concurrentes: la convivencia, la conectividad y la sostenibilidad.

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Hoy día más de la mitad de la población del planeta es urbana, con los crecientes e innumerables retos que esto plantea en temas como: transporte, energía, desperdicios, servicios, infraestructura, equipamiento, etc.

A casi 30 años de la presentación del informe Brutland, “Nuestro Futuro Común”, el modelo de desarrollo de la mayoría de las ciudades del mundo es claramente insostenible, aunque hay sus excepciones, ciudades que han desarrollado modelos de crecimiento y desarrollo teniendo como eje vertebrador el desarrollo sostenible y el bienestar de su población, ciudades que deberían tomarse como ejemplo, como Medellín, Curitiba y Ciudad del Cabo.

En este contexto, el modelo de ciudad compacta y diversa es el que mejor se posiciona en este proceso hacia la sostenibilidad en la actual era de la información; este modelo permite aumentar la complejidad de las partes internas de la ciudad, que es un importante factor para alcanzar una vida social cohesionada y una estructura económica competitiva, a la vez que ahorra suelo, energía y recursos materiales, y contribuye a la preservación y mejora de los sistemas agrícolas y naturales.

Sin embargo, el modelo urbano actual en muchas ciudades, entre ellas Mérida, está basado en la individualización y el crecimiento mal planificado y desconectado, sin modelos previos de desarrollo, lo que cada día es más agresivo con el medio ambiente y, además, es responsable de los procesos de fractura social y disociación cultural. 

Como se previó hace ya algunos años, a medida que este proceso se agudiza, se multiplican también las voces y movimientos sociales que claman por un concepto de ciudad socializado, que, en lugar de priorizar la inercia del mercado, tenga como marco de referencia los principios del desarrollo humano sostenible: la Ciudad Sostenible.

Por eso hay que empujar todos para que el nuevo programa de desarrollo urbano de Mérida tenga estas visiones, no sólo definiendo las áreas y las formas de crecimiento y densificación, sino, y esto es muy importante, los tiempos en los que estos procesos deben ocurrir. Hay que pensar en una Mérida que en su modelo de desarrollo tenga tres factores concurrentes: la convivencia, la conectividad y la sostenibilidad. 

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