Por una Mérida con futuro

Es necesario dotar a Mérida de un verdadero Programa de Desarrollo Urbano que cree las condiciones para que operen las actividades productivas en economías de escala

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Mérida se transforma día a día en una ciudad de geometría variable, amorfa, extraña, de límites imprecisos, centralidades confusas y referentes simbólicos escasos, es decir, una región urbana carente cada día más de lugares proveedores de sentido de identidad.

Para evitar que continúe este crecimiento inercial de Mérida, con falta de equidad, segregación, desorden en el asentamiento de las actividades productivas, entorpecimiento paulatino del transporte y el tráfico, y una creciente interferencia entre la vivienda y los giros no habitacionales, es necesario contar con un modelo de desarrollo urbano en torno a un sistema de actividades económicas y sociales detonantes, estructuradas en conjunto y en armonía con las zonas de vivienda.

Para ello, es necesario dotar a Mérida de un verdadero Programa de Desarrollo Urbano (PDU) que cree las condiciones para que operen las actividades productivas en economías de escala y en condiciones de complementariedad, que establezca un sistema de pulmones verdes en una ciudad en la que se identifique y ubique, en puntos estratégicos, un conjunto de proyectos detonadores, emblemáticos, proveedores de sentido.

Un PDU que establezca las formas y procedimientos para la correcta y oportuna incorporación de tierra a la ciudad, así como un proceso paulatino de rescate y saneamiento ambiental, económico y social de la actual mancha urbana, dando respuesta a sus verdaderos problemas y necesidades.

Toda nueva área de urbanización deberá estar integrada a una unidad de expansión urbana definida en el PDU, en la que se desarrollen actividades económicas, sociales y culturales, propias de un centro de población autónomo, una fracción de ciudad dentro de la ciudad. 

Insistentemente se ha propuesto que la ciudad crezca en torno a espacios con servicios y equipamiento suficientes para todos sus habitantes, con espacios para el desarrollo de la economía, y con suficientes y accesibles equipamientos educativos, de salud, de convivencia y para el ocio.

La construcción de esta Mérida sólo será viable si todos participamos en la definición de su modelo de desarrollo, que nos conduzca a una ciudad con equidad, con integralidad metropolitana y con sostenibilidad.

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