¿Quién trabaja contra el Presidente?

El día que presentó su decálogo para la seguridad, el presidente EPN fue claro: “Promoveré con estricto respeto a la división de Poderes, la pronta aprobación de diversas leyes y reformas en materia de combate a la corrupción"

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El día que presentó su decálogo para la seguridad, el presidente Enrique Peña Nieto fue claro: “Como novena medida, promoveré con estricto respeto a la división de Poderes, la pronta aprobación de diversas leyes y reformas en materia de combate a la corrupción, que ya se encuentran en estudio y discusión en el Congreso de la Unión.

En primer término, expreso el decidido respaldo del Ejecutivo federal al Sistema Nacional Anticorrupción, que actualmente están debatiendo las diversas fuerzas políticas”.

La descripción que hizo el Presidente de ese sistema: fortalecimiento de la Auditoría Superior para que pueda auditar durante la ejecución del gasto, la creación del Tribunal de cuentas, los nuevos mecanismos de denuncia… Todo apuntaba, de hecho era un buen  resumen de la iniciativa que había presentado el Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados. El Presidente también se dijo convencido de la necesidad de un fiscal nombrado por el Legislativo.

En medio de su escándalo, Luis Videgaray también apoyó la idea de una “entidad independiente”.

¿Cómo es que terminamos sin fiscal, sin sistema, sin “entidad”, sin nada?

La explicación es sencilla y a la vez llena de misterio.

De repente, casi de la nada, con firma priista, apareció un nuevo dictamen que descafeinaba el sistema anticorrupción, que en los hechos contradecía al presidente Peña en su discurso del decálogo. Las organizaciones civiles que llevaban mucho tiempo trabajando con el Congreso brincaron, el PAN objetó y detuvieron otras negociaciones en el Senado; sobre todo, detuvieron la elección de un fiscal anticorrupción en la lógica que de poco sirve un fiscal con una ley que no cambia en nada la manera en que se fiscaliza.

¿Quién mandó ese dictamen? ¿De qué oficina salió?

El lunes en En15 se lo pregunté a Edna Jaime, de México Evalúa y la Red por la Rendición de Cuentas.

—De Los Pinos —me dijo sin dudar.

¿Por qué Los Pinos sabotearía el discurso del Presidente?

No tengo claro que esa sea la respuesta. Nadie ha hecho suya la paternidad de esa iniciativa que, sin embargo, destruyó cuatro negociaciones simultáneas en ambas cámaras.

¿Qué tienen que decir Beltrones, Gamboa? ¿Qué quiere decir que Osorio pidiera de última hora al Congreso que aprobara el sistema anticorrupción?

¿Quién no quiso que se cumpliera la palabra del Presidente?

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