Hace unos días el visitador adjunto de la Comisión estatal de Derechos Humanos en Cozumel, Ángel Moisés Pacheco Forbes, acusaba que muchos ciudadanos acuden al organismo con afán de revancha para denunciar a ciertos funcionarios. La venganza es motivada por un aparente mal servicio o alguna desatención en gestiones solicitadas por los interesados. Es el colmo de lo absurdo.

Se ha detectado ya a no pocos que llegan para perjudicar a funcionarios. Se les recibe la queja y procede con normalidad, pero luego las desechan cuando se comprueba el dolo. Es pérdida de tiempo, dinero y de recursos materiales, además de que se atenta contra el espíritu de una institución que se ha ganado con creces la confianza de todos.

La Comisión estatal de Derechos Humanos ha organizado foros para conocer las principales quejas y orientar a ciudadanos o grupos para que inicien los procesos ante la instancia. No se vale, sin embargo, que pretendan aprovecharse, sobre todo cuando esto implica pérdidas y de antemano saben que sólo emite recomendaciones, que no tiene la facultad para destituir del cargo a quien cometa supuestas faltas.

Esto no descarta que no haya o se desconozcan los abusos policiales y los malos tratos de servidores públicos. En lo que va del año se han recibido más de 40 quejas contra funcionarios de distintas áreas, que han procedido por una queja sustentada por los inconformes. Se prevé que haya más de 80 este año; en 2013 hubo apenas 68, lo cual evidencia que se está logrando el objetivo de que el ciudadano confíe en la institución.

Recientemente, personal de la Comisión sostuvo reuniones de trabajo con integrantes de organizaciones civiles y personal de instituciones municipales con el fin de integrar una agenda de trabajo. La encomienda es acercarse a la sociedad con el fin de ejecutar el Plan de Trabajo de la Comisión, cuyo eje central es motivar la denuncia para acabar con la impunidad que gozan los malos servidores.

Tras la reunión se trazó una agenda para realizar actividades dirigidas a las agrupaciones en materia de difusión de los derechos humanos y se establecieron compromisos para el apoyo en la conformación legal de las asociaciones participantes. Esto debe fomentar la denunciar real y terminar, claro, con las denuncias revanchistas, que no aportan un gramo en el esfuerzo por combatir la corrupción y el influyentismo.

Uno de los puntos destacados del encuentro reside en reivindicar el compromiso por defender la niñez y la familia, como ruta de acción para emprender un modelo de enlace que conlleve a una mejor atención y la resolución pronta de las quejas en las que se involucre a sectores vulnerables. El maltrato es un hecho común en la isla, demostrado en notas periodísticas y estadísticas en los ministerios públicos, lo cual debe combatirse sin temores.

Un llamado de atención al ciudadano que busca revancha no sólo debe quedarse entre cuatro paredes. La mala práctica, lejos de acabar con el mal servicio, lo fomenta al darle pretextos al supuesto mal servidor público.